Elías se presentó ante el pueblo y dijo: —¿Hasta cuándo van a seguir indecisos? Si el Dios verdadero es el Señor, deben seguirlo; pero si es Baal, síganlo a él.1 Reyes 18:21.
Lectura: 1 Reyes 18:16-46. Versículo del día: 1 Reyes 18:21.
MEDITACIÓN DIARIA
Esa misma pregunta vale en este
tiempo: “¿Hasta cuándo van a seguir indecisos? Si el Dios verdadero es el
SEÑOR, deben seguirlo; pero si es Baal, síganlo a él”. Cambiemos Baal por el brujo o por el
hechicero. Los canales de televisión y
las emisoras, tienen por no decir que todas o casi todas, espacios dedicados al
ocultismo en sus diferentes formas. Lo
triste es que la persona por un lado dice ser creyente y por otro, juega por
ejemplo con el tarot, el espiritismo y otras prácticas de ocultismo. Entonces, su fe está basada en una
religiosidad y santería, las cuales no dejan ningún beneficio; al contrario,
así no parezca, Satanás no perderá estas oportunidades para destruir
completamente a la persona; además de esto, es experto en vestirse como ángel
de luz para engañar a muchos. No se puede servir a dos señores, meditemos: O
estamos con el Señor o estamos en contra de Él, porque: “¿Qué comunión puede tener
la luz con la oscuridad? ¿Qué armonía tiene Cristo con el diablo?” (1 Corintios
6:14-15). Desde el Antiguo Testamento,
Dios ha llamado poderosamente la atención al respecto: “Nadie entre los tuyos
deberá sacrificar a su hijo o hija en el fuego; ni practicar adivinación,
brujería o hechicería; ni hacer conjuros, servir de médium espiritista o
consultar a los muertos. Cualquiera que practique estas costumbres se hará
abominable al Señor (Deuteronomio 18:10-12).
Como conclusión: la adivinación
es pecado, la brujería es pecado, el sortílego es pecado, la hechicería es pecado,
el espiritismo es pecado; la idolatría es pecado, la santería es pecado. Si hay algo de esto que este dominando al
creyente, ya es hora de pedir perdón a Dios, y desechar por completo estas
practicas abominables. Si en verdad crees en el Señor, entonces síguelo a Él; no te desvies ni a derecha ni a izquierda.
Amado Dios: Escudriña nuestro
corazón y si ves que hay algo que no esté andando de acuerdo a tu Palabra,
perdónanos y límpianos de tal manera que no pequemos por cambiarte a ti por
otros ‘dioses’. Gracias Señor, porque
solo tú eres el único mediador entre Dios y los hombres y porque nadie puede
quitarte el lugar de primacía que mereces.
Un abrazo y bendiciones.
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