viernes, 16 de agosto de 2013

Acrisolada para su gloria




Así también la fe de ustedes,  que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele. 
1 Pedro 1:7.


Lectura: 1 Pedro 1:3-12.  Versículo del día: 1 Pedro 1:7.

MEDITACIÓN DIARIA

Las circunstancias indescifrables de la vida, nos deparan muchas pruebas.  Quien diga que no ha tenido momentos difíciles, en mi concepto, miente.  La vida cristiana no es un lecho de rosas sueltas; están las rosas pero con sus tallos en los que van impregnadas las espinas.  Así es el camino cristiano: admirable, bello, sorprendente, suave y terso como las rosas, pero viene conectado con sus púas, las que si no sabemos coger con cuidado, nos hacen sangrar. 
Pero ¡gloria a Dios por esas púas!  Son las que nos permiten pasar la prueba del fuego.  Sin ellas no podríamos reconocer a quién es que tenemos como nuestro Amo y Señor; tampoco valoraríamos lo que somos porque muy seguramente nos sentiríamos autosuficientes.  Dios permite las pruebas, en primer lugar para nuestro crecimiento espiritual y en segundo término para enaltecer su nombre.
Hace ya cinco años que me diagnosticaron cáncer de seno, y hace un año que tuve pancreatitis crónica.  Si no hubiese sido por mi cáncer, estos devocionales no estarían hoy aquí.  Tuve que estar al borde del colapso para entender un propósito mayor del Señor con mi vida. Hablando con mi hijito antenoche y revisando el blog donde también están a diario mis devocionales, él me hacía ver como van corriendo alrededor del mundo y como recibo comentarios de personas que el Señor ha tocado a través de ellos.  Esto sin contar los enviados a correos y que ustedes gentilmente los reenvían.  La gloria y honor sean para nuestro amado Señor.  ¡Me regocijo en Dios mi Salvador!
Hace un año, cuando los médicos creían que no me salvaría, mi Dios, tu Dios, nuestro Dios Todopoderoso, actuó en mi vida de manera sobrenatural y una vez más nos demostró que es Él quien dictamina los tiempos y demuestra su soberanía por encima de la ciencia. Después de casi dos meses de convalecencia, por su voluntad, salí adelante.
Estas han sido las pruebas personales concernientes a mi salud; sin embargo, también he soportado otras y he aprendido igual que Pablo, a vivir en la abundancia como a vivir en la escasez.  Dios es fiel y por encima de cualquier circunstancia siempre está ahí; mirándonos con ojos enternecedores, cogiéndonos de su mano y tal vez, diciendo muy suavemente: ‘te estoy perfeccionando’.  ¿Que duele?  ¡Claro que duele  y mucho!, pero al final, al menos yo, me considero dichosa por haber tenido que soportar diversas pruebas, porque eso me demuestra la obra que ha ido perfeccionando Dios en mí vida y la que llevará a feliz término porque es fiel en completarla (Santiago 1:2-4).
Mi consejo es no atormentarse cuando se esté puliendo con el fuego; lo mejor es voltear los ojos hacia nuestro Creador y dejar que sea Él, quien actúe.

Amado Dios y Señor mío: Infinitas gracias te doy porque ha sido tu voluntad perfecta, acrisolar mi fe bajo circunstancias adversas. Gracias porque por ellas, he podido acrecentar mi fe y dar testimonio de ti.

Un abrazo y bendiciones.    

No hay comentarios: