viernes, 31 de mayo de 2013

El trabajo honra a la mujer




Muchas mujeres han realizado proezas, pero tú las superas a todas. 
Proverbios 31:29.


Lectura: Proverbios 31:10-31.  Versículo del día: 31:29.

MEDITACIÓN DIARIA

Es bueno recordar a la mujer ejemplar que nos detalla la Biblia aquí en Proverbios 31.  Es que no solamente es una mujer que está pendiente de su hogar, también lo está de su marido, de sus hijos y de ella misma: “Las colchas las cose ella misma, y se viste de púrpura y lino fino” (v. 22); “Está atenta a la marcha de su hogar” (v. 27a).  Aparte de esto, vemos que no se queda quieta; siempre está ocupada trabajando y no creamos que es exclusivamente en los oficios domésticos, no.
Si miramos algunos apartes de la lectura, notaremos que es tremendamente laboriosa. Ella no solamente busca el trabajo de día, si es necesario trasnochar lo hace sin objeción alguna (v. 18b), además “gustosa trabaja con sus manos” (v. 13b). “Confecciona ropa de lino y la vende; provee cinturones a los comerciantes” (v. 24). 
Esta mujer goza del discernimiento necesario para realizar sus negocios: “Calcula el valor de un campo y lo compra; con sus ganancias planta un viñedo” (v. 16); “Se complace en la prosperidad de sus negocios” (v. 18a); “y no necesita de ganancias mal habidas” (v.11b). No solamente es merecedora de la confianza plena de su esposo (v. 11a), sino que también es admirada por él y por sus hijos: “Sus hijos se levantan y la felicitan; también su esposo la alaba” (v. 28).
¡Qué envidiable es esta mujer!  Todas deberíamos anhelar ser así, como la mujer sabia que sabe edificar su casa.  Eso de que creamos que toda la carga del trabajo está bajo los hombros del esposo, es una falacia; aquí nos damos cuenta, que Dios quiere de nosotras ser la verdadera ayuda idónea para el hombre, y en la lectura nos encontramos diez versículos que hablan sobre el trabajo de ella.  Y si es ayuda, es ayuda; no  carga, ni dominio. Al revés, utiliza su inteligencia como don del Señor (Proverbios 19:14b),  para colaborar en la construcción su hogar. ¡Adelante mujeres! Busquemos ser el prototipo de Proverbios 31.      

Amado Señor: Te damos gracias porque en tu infinita sabiduría, nos diseñaste muy diferentes al varón, llenándonos de gracia, discernimiento, inteligencia y sabiduría para sacar avante lo más preciado que tenemos, como es el hogar. Danos la visión necesaria para lograr ser la ayuda adecuada de nuestros esposos.  

Un abrazo y bendiciones.

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