«Todo me está permitido», pero no todo es para mi bien. «Todo me está permitido», pero no dejaré que nada me domine.1 Corintios 6:12.
Lectura: 1 Corintios 6:12-20.
Versículo del día: 1 Corintios 6:12.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor es ante todo un caballero y respeta el libre
albedrío. Por tanto, de nosotros depende el comportamiento que queramos
tener. Sabemos que nuestro cuerpo es
templo del Espíritu Santo (v. 19) y por consiguiente debemos amarlo, cuidarlo y
respetarlo. “el cuerpo no es para la inmoralidad sexual sino para el Señor, y el
Señor para el cuerpo” (v. 13b). Todo
el que peca contra su cuerpo se está destruyendo así mismo.
El apóstol Pablo nos exhorta a huir de las inmoralidades
sexuales, porque quienes lo hacen pecan contra su propio cuerpo. Quien comete
adulterio, viene a ser una sola carne con el(la) adúltero(a): “¿No saben que el que se une a una
prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Pues la Escritura dice: «Los dos
llegarán a ser un solo cuerpo»” (v. 16). Cabe decir, que la inmoralidad sexual no solo
se refiere al adulterio o fornicación; también se refiere a los sodomitas
(homosexuales) y a los pervertidos sexuales (vv. 9).
Como conclusión, queda agregar las mismas palabras de Pablo: no nos
pertenecemos; fuimos comprados por un precio, que no fue oro ni plata; fue con su
misma sangre (Apocalipsis 5:9), así que honremos a Dios con nuestro cuerpo (v.
20 en la lectura) y no nos dejemos llevar por los deseos de la carne.
Amado Señor: Enséñanos a valorar el sacrificio que hiciste al
entregar tu vida en la cruz por nosotros, sin recibir nada a cambio. ¡Tu amor y misericordia son incomparables! Hoy
te presentamos nuestros cuerpos, como ofrenda de fidelidad. Queremos vivir unidos a ti, para honrar tu
Nombre y ensalzarte hasta el fin.
Un abrazo y bendiciones.
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