Ésta es la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo.Romanos 10:8b-10.
Lectura: Romanos 10:5-15.
Versículo del día: Romanos 10:8b-10.
MEDITACIÓN DIARIA
En Hechos 16:31 el carcelero le pregunta a Pablo y a Silas
qué tiene que hacer para ser salvo.
Ellos le responden que creer en el Señor Jesucristo. Juan 1:12 hablando
de Jesucristo dice: “Mas a cuantos lo
recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de
Dios”. Se preguntarán: ¿cómo lo recibo? El apóstol Pablo nos da la
respuesta: “si confiesas con tu boca que
Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los
muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero
con la boca se confiesa para ser salvo”. Observemos que no solamente es necesario
tenerlo en el corazón; quizá la mayoría, desde pequeños hemos oído hablar de
Jesús, pero te pregunto: ¿alguna vez has confesado con tu propia boca que Jesús
es el Señor y crees firmemente que Dios lo levantó de entre los muertos?
Si no lo has hecho, no desprecies este mensaje. Son buenas noticias para ti, para que aceptes
el mensaje de salvación que Dios te tiene preparado. No lo deseches, “Así está escrito:
«¡Qué hermoso es recibir al mensajero que trae buenas nuevas!»” (v. 15 en la
lectura); te sugiero que lo atiendas. Si es tu deseo, te invito a orar conmigo
así:
Señor Jesucristo: Yo te necesito; te abro la puerta de mi
vida y creo firmemente que eres el Hijo
de Dios que moriste por mí, y que fuiste levantado de entre los muertos. Perdona mis pecados; toma el control del
trono de mi vida y hazme la persona que quieres que yo sea. En tu nombre Jesús, amén.
Un abrazo y bendiciones.
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