jueves, 30 de mayo de 2013

Recibir la Cena correctamente




Yo recibí del Señor lo mismo que les transmití a ustedes: Que el Señor Jesús, la noche en que fue traicionado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este pan es mi cuerpo, que por ustedes entrego; hagan esto en memoria de mí».  De la misma manera, después de cenar, tomó la copa y dijo: «Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; hagan esto, cada vez que beban de ella, en memoria de mí» 
1 Corintios 11:23-25.


Lectura: 1 Corintios 11:17-34.  Versículo del día: 1 Corintios 11:23-25.

MEDITACIÓN DIARIA

En los cultos hay dos situaciones que son de suma importancia: Una es el tiempo de alabanza y la otra la Cena del Señor. Personalmente, considero que el acto de tomar la cena en las iglesias se ha vuelto como algo más, o rutinario, sin darle el valor que tiene.  El mismo Señor nos dejó la instrucción de que si lo hacíamos, que fuera en su memoria.  Pero tal parece, que siendo honestos, ni pastores ni fieles le ponen la atención debida a esta conmemoración. Infortunadamente he estado en iglesias donde se quiere terminar rápido el servicio, quizá porque el tiempo apremió y ni siquiera el mismo pastor espera que los asistentes tengan todos tanto el pan como el vino.  Por otro lado, los feligreses, ya la reciben con indiferencia, sin acordarse de que es importantísima porque se está es recordando exactamente, lo que el Señor hizo por cada uno de nosotros la víspera de su pasión. Aparte de esto, por esa misma indiferencia, se olvida algo súper esencial: el examinarse así mismo (v. 28).  Sería importante, que los pastores recordaran esta partecita a sus asistentes porque muchos la toman de este modo, sin saber las consecuencias: “Por eso hay entre ustedes muchos débiles y enfermos, e incluso varios han muerto” (v. 30).
Por ahora aprendamos lo que nos atañe a nosotros y grabémonos lo que el mismo Señor nos dejó para cuando fuéramos a recordar su pasión y muerte.

Amado Señor: Enséñanos a tomar la Cena de la manera que nos la dejaste establecida, sabiendo que es el momento en que más cerca estamos de ti, al hacernos partícipes del sacrificio que ofreciste por nosotros en la cruz del Calvario.

Un abrazo y bendiciones.   

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