miércoles, 22 de mayo de 2013

Nuestro cuerpo como testimonio




¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? 
1 Corintios 3:16.


Lectura: 1 Corintios 3:1-23.  Versículo del día: 1 Corintios 3:16.

MEDITACIÓN DIARIA

Cada uno de nosotros somos templo de Dios y el Espíritu Santo mora allí.  Ya no hay necesidad del templo como tal, o sea del construido materialmente porque cada uno, lo es en sí.  Lógico que tiene que existir un lugar para congregarnos, recinto donde escuchemos su Palabra y le alabemos, porque lo necesitamos; pero no viéndolo con lo ojos del Antiguo Testamento; con el Nuevo Pacto, las cosas materiales no tienen importancia; las personas, sí.
De este modo, hay que ser conscientes de quiénes somos como cristianos y cuál es el testimonio que nuestro cuerpo ofrece.  Está muy de moda cuidar el cuerpo y actualmente tanto hombres como mujeres buscan cada vez con más ahínco el hacerlo.  Eso está bien desde que no se salga de los límites, y se llegue a la  idolatría por el mismo cuerpo, porque entonces nos encontramos personas con trastornos alimentarios como la bulimia o anorexia y otras con dismorfofobia, que es la obsesión por tener un cuerpo perfecto. También vemos las que lo maltratan con la glotonería, la gula, la fornicación, el adulterio, la drogadicción, el tabaquismo o alcoholismo.  Todos estos desenfrenos pueden llevar hasta la muerte y Dios nos va a pedir cuentas sobre el asunto.
Sí debemos cuidar nuestro cuerpo porque es templo del Espíritu Santo; hay que manejarlo de tal modo que verdaderamente se levante como una gran edificación, sobre el fundamento principal: “porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo. Si alguien construye sobre este fundamento, ya sea con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y paja,  su obra se mostrará tal cual es, pues el día del juicio la dejará al descubierto”. (vv. 11-13a).  Si Cristo es nuestro fundamento principal, levantémonos como una torre fuerte donde puedan llegar muchos a los píes del Señor.

Amado Señor: Permite que nuestro cuerpo demuestre que moras en él; que esté bien cimentado en tu Palabra y adornado con el fruto completo de tu Santo Espíritu.

Un abrazo y bendiciones.       

2 comentarios:

Unknown dijo...

Dora gracias realmente porq parece mentira q Dios responde, a lo q uno le pregunta, sino hasta lo q uno piensa... soy una persona q vuelve a los caminos de Dios despues de 7 años ya no quiero padecer en las tinieblas... entendi q el diablo nunca mas a va hacer tratos conmigo, tengo mi mediador... yo soy una persona joven y con el tiempo fui entendiendo lo q Dios me dijo de antemano hace tantos años, y como no solo me advirtio de cosas malas, tambien me dio promesas, es hora de hecharle manos a la obra!

Dora C. dijo...

Apreciado Pablo:

Definitivamente es el Señor quien hace la obra; simplemente somos vasijas en sus manos. Estoy segura que Él terminará tan buena obra empezada contigo. La gloria sea para nuestro amado Señor Jesús. Gracias por tu comentario