El ángel del Señor acampa en torno a los que le temen; a su lado está para librarlos.Salmo 34:7.
Lectura diaria: Salmo
34:1-22. Versículo principal: Salmo
34:7.
REFLEXIÓN
El Ángel de Dios parece ser que
en el Antiguo Testamento se refería al mismo Señor Jesucristo. Diferentes hombres de la antigüedad tuvieron
experiencias con Él: Abraham, Jacob, y Moisés entre ellos.
Dios siempre está pendiente de
nosotros y sus ángeles están a su disposición para servirle. A unos Dios les ha ordenado ser mensajeros
como Gabriel, a otros guerreros como Miguel; lo cierto es que la protección de
Dios nos cubre en todo momento y cuando oramos por ella debemos tener en cuenta
lo que dice el Salmo 91:11: “Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en
todos tus caminos”. No porque su misión sea el cuidarnos debemos rendirles
pleitesía y adoración y hay que tener mucho cuidado con esto, pues Dios quiere
que solamente nos arrodillemos ante Él y que Él sea siempre el primero en
nuestras vidas. Esta orden quedó clara
desde el Monte Sinaí en la institución de “Los diez mandamientos” (Deuteronomio
5:6-9) y después el Señor Jesucristo lo reafirmó (Mateo 22:37-38), “Este es el
primero y más importante de los mandamientos”.
Lo dijo el mismo Señor, así que no podemos pasarlo por alto y
desobedecerlo.
Volviendo al versículo del día,
así sean sus ángeles estando alrededor nuestro para cuidarnos o si se trata
como algunos eruditos creen que es la figura de Jesús, quien más tarde iba a
ser encarnado, lo cierto es que personalmente cuando salgo o voy por un camino
peligroso, siempre le digo al Señor dos cosas: que me cubra con su preciosa sangre
y que mande sus ángeles alrededor mío. Yo
puedo decir con firmeza que siento su protección y sé que me ha salvaguardado
de este modo de muchos incidentes. Les
insto a que pongan en marcha esta sugerencia.
El Señor nos da su protección divina, poniendo a nuestro servicio a los
que están también al suyo.
Amado Dios: gracias porque en
todo momento sentimos tu protección.
Gracias por enviar a tus ángeles a que nos guarden de todo mal, cuando
vamos transitando por caminos peligrosos.
Gracias Señor porque podemos confiar sin titubeos en ti. Sentimos tu amparo.
Un abrazo y bendiciones.
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