Los envío como ovejas en medio de lobos. Por tanto, sean astutos como serpientes y sencillos como palomas.Mateo 10:16.
Lectura diaria: Mateo
25:1-9. Versículo principal: Mateo
10:16.
REFLEXIÓN
En el mundo nos encontramos con
personas nobles, dóciles, honestas, confiables y sencillas; pero también las
hay abusadoras, deshonestas, mentirosas, mañosas y calculadoras.
Estamos viviendo en medio de
lobos y tenemos que estar alertas para poder soportar los golpes que se nos
vengan encima. Infortunadamente muchas
veces se cree que el ser cristiano significa ser atontado y entonces aparecen
los lobos disfrazados de ovejas para engañarnos y aprovecharse de las
situaciones. Debemos entonces recordar
que el Señor nos llamó a ser mansos, no mensos.
Tenemos que sacar a relucir también el poder del Espíritu Santo y no
permitir que pasen por encima de nosotros, estropeándonos y rebajándonos. De ninguna manera podemos dejar que aquellos
que se las dan de aprovechados, cambien nuestro proceder sosegado y honesto por los ardiles de su manipulación
inescrupulosa.
Esto se ve mucho en el trabajo;
la persona responsable sabe medir su tiempo y laborar responsablemente,
mientras que la perezosa y holgazana va de un lado para otro sin sentar cabeza
y consagrarse a realizar sus actividades por las cuales esta devengando un
salario. Entonces, si la responsable es ingenua y colaboradora, la otra le cae
como rayo y con zalamerías y artimañas busca la manera de deshacerse de lo suyo
y cargarlo a quien no debe, abusando de su proceder. La parábola de “las diez jóvenes”, donde cinco
eran insensatas y cinco prudentes y las insensatas quisieron aprovecharse de
las prudentes pero no lo consiguieron.
No debemos ser tan lasos que
pasen por encima de nosotros, pero tampoco tan frívolos o altaneros que
vulneremos la sensibilidad de las personas que nos rodean. Si tenemos la mente de Cristo, debemos dar
honra y reconocimiento a quien se lo merece y de nuestra parte sabernos valorar;
el apóstol Pablo nos insta a ello: “Por la gracia que se me ha
dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el
que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida
de fe que Dios le haya dado” (Romanos 12:3).
“Sean sagaces para el bien e inocentes para el mal” (Romanos 16:19).
Señor:
Enséñanos a ser ecuánimes en nuestro proceder diario, sabiendo que tienes en
cuenta toda palabra o acción que salga de nosotros. Ayúdanos a ser astutos como serpientes pero
sin olvidar en ningún momento la humildad que debemos seguir como ejemplo tuyo.
Un abrazo y
bendiciones.
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