miércoles, 7 de noviembre de 2012

La astucia y la sencillez



Los envío como ovejas en medio de lobos.  Por tanto, sean astutos como serpientes y sencillos como palomas.  
 Mateo 10:16.


Lectura diaria: Mateo 25:1-9.  Versículo principal: Mateo 10:16.

REFLEXIÓN

En el mundo nos encontramos con personas nobles, dóciles, honestas, confiables y sencillas; pero también las hay abusadoras, deshonestas, mentirosas, mañosas y calculadoras.
Estamos viviendo en medio de lobos y tenemos que estar alertas para poder soportar los golpes que se nos vengan encima.  Infortunadamente muchas veces se cree que el ser cristiano significa ser atontado y entonces aparecen los lobos disfrazados de ovejas para engañarnos y aprovecharse de las situaciones.  Debemos entonces recordar que el Señor nos llamó a ser mansos, no mensos.  Tenemos que sacar a relucir también el poder del Espíritu Santo y no permitir que pasen por encima de nosotros, estropeándonos y rebajándonos.  De ninguna manera podemos dejar que aquellos que se las dan de aprovechados, cambien nuestro proceder sosegado y honesto  por los ardiles de su manipulación inescrupulosa.
Esto se ve mucho en el trabajo; la persona responsable sabe medir su tiempo y laborar responsablemente, mientras que la perezosa y holgazana va de un lado para otro sin sentar cabeza y consagrarse a realizar sus actividades por las cuales esta devengando un salario. Entonces, si la responsable es ingenua y colaboradora, la otra le cae como rayo y con zalamerías y artimañas busca la manera de deshacerse de lo suyo y cargarlo a quien no debe, abusando de su proceder.  La parábola de “las diez jóvenes”, donde cinco eran insensatas y cinco prudentes y las insensatas quisieron aprovecharse de las prudentes pero no lo consiguieron.
No debemos ser tan lasos que pasen por encima de nosotros, pero tampoco tan frívolos o altaneros que vulneremos la sensibilidad de las personas que nos rodean.  Si tenemos la mente de Cristo, debemos dar honra y reconocimiento a quien se lo merece y de nuestra parte sabernos valorar; el apóstol Pablo nos insta a ello: “Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado” (Romanos 12:3).  “Sean sagaces para el bien e inocentes para el mal” (Romanos 16:19).

Señor: Enséñanos a ser ecuánimes en nuestro proceder diario, sabiendo que tienes en cuenta toda palabra o acción que salga de nosotros.  Ayúdanos a ser astutos como serpientes pero sin olvidar en ningún momento la humildad que debemos seguir como ejemplo tuyo.

Un abrazo y bendiciones. 

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