¿Quién ha creído a nuestro mensaje y a quién se le ha revelado el poder del Señor?Isaías 53:1.
Lectura diaria: Isaías
52:13-53:12. Versículo principal: Isaías
53:1.
Con tristeza observamos que no
todos aceptan ni creen el mensaje de salvación dado por Dios a través de su
Hijo Jesucristo. Otros lo aceptan, pero
tienen la concepción que el Señor simplemente murió y ya. No se le da el valor relevante que en
realidad tiene. Isaías el profeta
Mesiánico, con antelación cuenta cómo sería el sufrimiento de Cristo y lo que
tendría que pasar por el perdón del pecado de toda la humanidad. Veamos algunos apartes del capítulo:
“Muchos de asombrarán de él, pues
tenía desfigurado el semblante; ¡nada de humano tenía su aspecto!”
(52:13). Si el Señor hubiese quedado
como nos lo muestra un crucifijo de nada hubiera servido su muerte. El Señor quedó completamente desfigurado, lo
que menos tenía era la figura de un ser humano; en Él no había parecer alguno;
no se sabía por lo estropeado si era una persona o no.
El Señor Jesús, en su época fue un hombre
común y corriente; hijo de un carpintero y que pasaba desapercibido a los ojos
de los demás. Poco llamaba la atención. “Despreciado
y rechazado por los hombres, varón de dolores, hecho para el sufrimiento. Todos evitaban mirarlo; fue despreciado, y no
lo estimamos” (53:3). El Señor se
convirtió en el juguete de entretención de los soldados romanos, quienes se
burlaron de Él y repartieron sus vestiduras en suerte. De resto, evitaban mirarlo. Los judíos lo tuvieron por trasgresor y no
cumplidor de la ley; por un impostor que se igualaba a Dios, sin darse cuenta
que en verdad estaban matando al Salvador del mundo.
“Ciertamente él cargó con
nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores”. En la cruz, Jesús llevó encima todo dolor y
enfermedad. “Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras
iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus
heridas fuimos sanados” (53:5). La lanza
le traspasó el pecho al Señor y fue literalmente molido. ¿Qué se puede esperar de figura humana cuando
se le propina esta clase de sufrimiento?
Sin embargo, Jesucristo todo esto lo soportó como hombre; muchos
pensarán que como era Dios, el dolor no lo tocaba. Recordemos que el Señor tenía la naturaleza
divina porque fue engendrado por el Espíritu Santo, y la naturaleza humana
porque nació de una mujer y en su naturaleza humana fue que tuvo que soportar
todo el martirio al que fue sometido. “Ni
siquiera abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero” (53:7). “Se le asignó un sepulcro con los malvados, y
murió entre los malhechores” (53:9). No
tuvo un abogado que lo defendiera ni tampoco por ser quien era se le concedió
una tumba especial.
Si recapacitamos y somos
sinceros, tenemos que llegar a la conclusión y respondernos acerca de ¿quiénes
somos para merecer que este Hombre haya muerto por nuestros pecados, nuestras
debilidades y nuestras enfermedades? No
somos nada. Somos polvo y a eso volveremos. Gracias al amor de Dios, nos mandó al
Redentor para que si creemos todo lo que Él hizo por nosotros, tengamos vida
eterna (Juan 3.16).
El Señor Jesucristo con su muerte
triunfó sobre la muerte porque resucitó y está sentado a la diestra de Dios
Padre. “Después de su sufrimiento, verá la luz y quedará satisfecho; por su
conocimiento, mi siervo justo justificará a muchos, y cargará con las
iniquidades de ellos” (53:11). Tal como
lo predijo el profeta Isaías, así ocurrió.
Cree en el mensaje que se te está
ofreciendo para que puedas conocer todo el poder del Señor. En tus manos está rechazar o aceptar todo lo
que el Señor Jesucristo hizo por ti. Si
lo aceptas tendrás un lugar a su lado; si lo rechazas, no puedo decirte
mentiras: gozarás de la condenación eterna.
Así es; así lo dice su Palabra y yo lo creo y lo afirmo.
Amado Señor: Te doy gracias por
haberme mirado con tu ternura y amor. Hoy te pido por aquellas personas que
hasta ahora entienden lo que hiciste por ellas en la cruz del Calvario. Te ruego mi Señor, permitas que también te
conozcan como el Redentor y Salvador del mundo, para poder gozar juntos de tu
presencia.
Un abrazo y bendiciones.
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