domingo, 25 de noviembre de 2012

La incertidumbre del mañana



Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes.  Cada día tiene ya sus problemas.  
 Mateo 6:34.

  
Lectura diaria: Mateo 6:24-34.  Versículo principal: Mateo 6:34.

REFLEXIÓN

Ver los noticieros se ha convertido en una incertidumbre que cada día aumenta.  Solo se nos presentan guerras, hambres, atracos, muertes, suicidios, desolación, etc., etc.  Una sociedad alejada completamente de Dios donde imperan principalmente el egoísmo y la inmoralidad.  Todo esto nos lleva a pensar: ¿qué les espera a nuestros hijos y nietos?  ¿Qué será de las generaciones venideras? 
Nos preocupa tanto el futuro de la nación y del mundo moderno en que nos desenvolvemos, como si no nos bastara con pensar en los afanes cotidianos del hogar.  Pero así es.  Por lo general, lo uno conduce a lo otro; o se genera del otro.  Por ejemplo: la estabilidad económica se torna cada vez más difícil mundialmente y nos inquieta que alguno de los nuestros pierda su trabajo. O vemos cómo el hambre, la guerra y la descomposición social van dejando sus huellas y las enfermedades no se hacen esperar; y nos alarma el saber que todos estamos expuestos a ellas.
Son tantas las preocupaciones, que se tornan peligrosas cuando empezamos a ponerlas por encima de lo espiritual.  Se acumulan e invaden tanto nuestra mente, que pareciera que fueran las que determinaran nuestro andar diario.  Considero que toda esta pensadera es en vano, puesto que como cristianos tenemos metas diferentes y sabemos de quién dependemos: del Señor que cuida la comida de las aves del cielo, aunque ellas no siembran ni cosechan; del Señor que es capaz de vestir los campos con lirios hermosos, sin necesidad de hilar ni trabajarlos  ellos (vv.28-29).   ¿No valemos más que aves o que lirios?  ¡Claro que sí!  “¿No hará mucho más por ustedes, gente de poca fe?” (v. 30).  Sí, indudablemente Dios está al corriente de las necesidades y atafagos de sus hijos; lo que pasa es que poco le creemos.  Nos falta fe. 
El Señor mismo nos deja esta lección, para que aprendamos a confiar en Él plenamente y llevemos al día cada afán, sin preocuparnos por el mañana. ¿Qué sabemos de lo que nos deparará el mañana? Nada, absolutamente nada, porque el futuro le pertenece exclusivamente a Él.  Lo mejor que podemos hacer es buscarle y dejar que las cosas materiales lleguen por añadidura (v. 33); y entender que el mundo con sus afanes en medio de la hecatombe, cumplirá al final el propósito de Dios.  

Padre santo: Gracias porque estamos en tus manos y sabes de nuestras necesidades y preocupaciones.  Enséñanos a no intranquilizarnos por el mañana, ya que Tú tienes el control innegable de todo, y de todos los que pisamos esta tierra.

Un abrazo y bendiciones.    

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