sábado, 10 de noviembre de 2012

¿Queremos libertad o libertinaje?



Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.  
 Juan 8:32.

Lectura diaria: Juan 8:31-41.  Versículo principal: Juan 8:32.

REFLEXIÓN

Hay muchas maneras de dejarnos llevar por la esclavitud.  Por lo general se confunde libertad con libertinaje y de lo que el ser humano no se ha dado cuenta, es que hacer todo lo que le venga en gana no es libertad; está obrando de manera libertina.  El Señor dice: “Ciertamente les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado” (v. 34).   En los tiempos de ahora, la niñez, la juventud y por ende aún muchos adultos, han establecido criterios que han desmoronado poco a poco la sociedad. 
Hablando con mi tía en estos días, me decía, respecto a la educación que ahora se implantaba, que estábamos como estábamos porque ya no existía el respeto de antes.  Me hacía ver cómo los padres anteriormente podían castigar a sus hijos y los maestros reprenderlos (ella y sus hermanas al igual que mi madre fueron docentes toda una vida), y no por esto quedar traumatizados.   Antes los valores se inculcaban y los niños desde pequeños sabían para dónde iban y qué les esperaba por lo menos en la formación moral, religiosa y civil.  Se dejó de enseñar los cimientos que construyen la sociedad y ya nada volvió a ser lo mismo; se habla y se repica en noticieros, en alocuciones presidenciales, etc., frases como: “somos dueños de nuestro cuerpo y con él podemos hacer lo que se nos antoje”.  Entonces no se pueden prohibir el aborto ni el consumo de drogas porque va en contra de la libre expresión y me pregunto ¿y qué de las leyes dictadas por Dios?  ¿No va también su “libertad” en contra de los fundamentos creados por del Dios que nos creó a su imagen y semejanza?  No somos dueños de nuestro cuerpo, somos administradores de él y tenemos que dar cuenta al Amo de cómo lo hemos gobernado. ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? (1 Corintios 6:19).
Dios también nos manda respetar a todas las autoridades y aquí entran: padres, profesores, autoridades civiles, eclesiásticas y militares: “Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas por él” (Romanos 13:1).  Infortunadamente ahora, tampoco se puede exigir respeto ni implementar autoridad porque en el caso de niños y jóvenes se enseña que no se les puede cohibir de nada porque se vulneran sus derechos; así que ellos pueden actuar a su antojo.  Hay que conocer a Jesús, Él nos ofrece completa libertad.
Los cristianos tenemos que exponer también nuestros fundamentos y en esto estoy de acuerdo, muy de acuerdo con las palabras expresadas por el excandidato de Estados Unidos, Mitt Romney: “Dios salve a los Estados Unidos y que sus bases, sus fundamentos no sean removidos” (lo digo parafraseando).  Por mi parte, puedo profesar también que mis fundamentos no son negociables porque son las bases sobre las que está construida mi vida, mi familia y mi entorno, y son las que constituyen la verdadera libertad.

Señor: Enséñanos a distinguir claramente entre la verdadera libertad y el deseo del libertinaje.  Permite que tu Santo Espíritu toque los corazones de tantos que necesitan de ti, para que sus conceptos sean de acuerdo a tu Palabra.

Un abrazo y bendiciones.

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