jueves, 15 de noviembre de 2012

No desapovechar las bendiciones



Si realmente escuchas al Señor tu Dios, y cumples fielmente todos estos mandamientos que hoy te ordeno, l Señor tu Dios te pondrá por encima de todas las naciones de la tierra. 
Deuteronomio 28:1.


Lectura diaria: Deuteronomio 28:1-14.  Versículo principal: Deuteronomio 28:1.

REFLEXIÓN

Muchas veces se pierden las bendiciones porque no le obedecemos a Dios.  Dios es fiel y nunca cambiará de parecer; cuando obramos como Él nos lo manda, tenemos una vida más tranquila y apacible.  Las ricas bendiciones del Señor, están ahí; solamente nos queda apropiarnos de ellas para vivir sosegadamente.
El Señor pone todo a nuestro alcance, pero si nos olvidamos de Él y hacemos caso omiso a sus leyes, nada sacamos con tener lo que tengamos porque no nos dará ningún fruto.  Muchas personas trabajan y trabajan, sin embargo, poco provecho se saca de tanto sudor y dedicación.  Otros no alcanzan a recibir sus sueldos u honorarios cuando ya se esfuman de sus manos.  Pienso que en estas situaciones hay que hacer un alto en el camino y mirar que se está haciendo mal, porque esto no es normal. 
Debemos preguntarnos: ¿cómo está mi relación con el Señor?  ¿Si está ocupando el primer lugar en mi vida, o sería que lo cambié por el trabajo arduo que Él mismo me entregó?  ¿Le dedico un tiempo al Señor y dejo en sus manos todos mis afanes y cargas?  ¿Cómo manejo la relación con mi familia?   ¿Administro lo que me ha dado de acuerdo a su voluntad?  Son tantas las preguntas que nos podríamos cuestionar, si en verdad nos examinamos con  objetividad.  Lo importante es la sinceridad con que lo hagamos.  “Reconócelo en todos tus caminos y él allanará tus sendas” (Proverbios 3:6).
No tenemos por qué  desaprovechar la dicha de gozar las ricas bendiciones que están a nuestro alcance; si no estamos gozando de ellas, reflexionemos sobre el tema y dejemos que sea el mismo Espíritu Santo quien nos muestre en qué estamos fallando.  “El Señor te pondrá a la cabeza, nunca en la cola.  Siempre estarás en la cima, nunca en el fondo, con tal de que prestes atención a los mandamientos del Señor tu Dios que hoy te mando y los obedezcas con cuidado” (v. 13 en la lectura).

Amado Señor: No queremos perder ninguna de tus bendiciones.  Enséñanos a cumplir tus mandatos de tal modo que no le demos cabida al enemigo para que venga a arrebatarnos lo que ya nos pertenece.

Un abrazo y bendiciones.

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