jueves, 7 de julio de 2011

Integridad en el trabajo

Entonces los administradores y los sátrapas empezaron a buscar algún motivo para acusar a Daniel de malos manejos en los negocios del reino. Sin embargo, no encontraron de qué acusarlo porque, lejos de ser corrupto o negligente, Daniel era un hombre digno de confianza.

Daniel 6:4.


Lectura diaria: Daniel 6:1-28. Versículo para destacar: Daniel 6:4.


En este capítulo de Daniel vemos como la reina de todos los defectos sale a relucir. La envidia que corroe y en muchas ocasiones es la piedra que no deja avanzar en los propósitos, se refleja en los funcionarios del reino de Darío y no hallan la manera de acusar a Daniel ante el rey para hacerlo caer de su puesto. Ante la integridad de Daniel en el desarrollo de su trabajo, se van por el lado de sus creencias y hacen que el rey promueva un decreto donde se arroje al foso de los leones a todo el que adore a otro dios u hombre que no fuera el rey Darío. Daniel siguió obrando rectamente en su trabajo y a la vez, realizando sus oraciones diarias a Dios e incluso con mayor ahínco puesto que sabía sobre lo decretado. De esta manera, los acusadores vieron cumplido su cometido, pues Daniel fue arrojado al foso de los leones, cosa que amargó profundamente al rey ya que él lo tenía en muy alta estima: “-Que tu Dios a quien siempre sirves, se digne salvarte” (v. 16b), le dijo. Así fue, Daniel no sufrió ni un solo rasguño de los leones, en cambio el rey dio la orden que echaran allí a los acusadores junto con sus familias y éstos si fueron devorados por los depredadores tan pronto como cayeron a la fosa.

Hay que resaltar ante todo, la diligencia de Daniel para llevar a cabo el trabajo encomendado. Aprender de él que no necesitaba estar a toda hora pregonando su fe y deponiendo su labor en sermones que no conducirían a nada. ¡A cuántos cristianos no les sirve este ejemplo! Primero para que sepan que trabajan es como para Dios y no para los hombres; segundo que lo que vale es el testimonio de integridad. Más acción, menos palabras. Una persona que por creerse cristiana llega a una empresa solo con ínfulas de predicador y la biblia debajo del brazo, muy seguramente es un perezoso que se esconde en sus creencias para no desarrollar a cabalidad la labor para la cual fue contratado. Esto no es testimonio. El mejor testimonio es el de su responsabilidad y habla por sí solo. Dice el versículo del día, que Daniel, lejos de ser corrupto o negligente era un hombre de confianza.

Aprendamos la lección y pidámosle al Señor que en cualquier campo en el que nos desenvolvamos seamos verdadera luz que brille. ¡Cuánta falta no le hace a nuestro país! Dios permita que todos los cristianos en especial los que tienen altos cargos públicos, sepan ser íntegros y no se dejen contaminar por la corrupción y la injusticia social. Será el mejor testimonio que muy seguramente llevará a otros a los píes de Cristo. Daniel y sus amigos lo hicieron y por ellos el nombre del Dios altísimo fue exaltado.


Si es tu deseo conocer a Jesucristo y tener una relación con Él, te invito a orar así:


Señor Jesucristo: Yo te necesito, te abro la puerta de mi vida para que seas mi Señor y Salvador personal. Ven a mí, perdona mis pecados y hazme como deseas que yo sea. Gracias Jesús por venir a morar conmigo y perdonarme de todos mis pecados. Amén.


Un abrazo y bendiciones.

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