sábado, 2 de julio de 2011

Hasta dónde llegan las palabras de agradecimiento

¡Que el Señor te recompense por lo que has hecho! Que el Señor Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte, te lo pague con creces.

Rut 2:12.


Lectura diaria: Rut 2:1-18. Versículo para destacar: Rut 2:12.


ENSEÑANZA


Definitivamente las palabras amables son música para quien las recibe y más cuando van impregnadas de lindas bendiciones. La historia de Rut es una de las historias más bonitas narradas en la Biblia, donde fluye el amor por todo lado comenzando con el de Dios mismo. Nadie se hubiese imaginado en ese entonces, hasta dónde sería bendecida Rut por el hecho de haber acompañado a su suegra hasta su tierra y haberla tomada como una madre más. Dios, que es la perfección en toda su magnitud, desbordó su amor hacia una mujer moabita que dejó padre, madre, hermanos, tierra, creencias, etc. y en premio la restituyó poniéndola como dice su Palabra: en la cima; hasta convertirla en la bisabuela de quien sería su rey predilecto, David; y de quien proviene el Señor Jesús. ¡Qué rica bendición!

El agradecimiento se revela no solo en Dios; también lo vemos en la suegra, en el pariente Booz, y en las criadas de él. Todos como una familia volcaron su aprecio hacia Rut. El plan de Dios tomó el rumbo hacia la bendición y no podemos decir que únicamente hacia ella, sino que en definitiva a través suyo, nos llegó a nosotros también esa rica dicha. Como lección, acostumbrémonos también a ser agradecidos y bendecir con nuestros labios a todos los que de una u otra forma han tenido que ver en nuestras vidas. Dios sabrá encauzar esas palabras dentro de su propósito maravilloso en cada uno.


Si quieres incorporarte a la familia de Rut y refugiarte bajo las alas de su Dios, te puedo guiar con una corta oración a Jesús para que le entregues tu vida a Él:


Amado Jesús: yo te necesito; te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador personal. Toma el control del trono que hasta ahora yo manejo, perdona mis pecados, y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias Señor por venir a morar conmigo; por perdonarme y limpiarme; y por permitirme hacer parte de la familia de tu reino. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: