miércoles, 13 de julio de 2011

Aprender a recibir consejos

El orgullo sólo genera contienda, pero la sabiduría está con quienes oyen consejos.
Proverbios 13:10.


Lectura diaria: Proverbios 13:1-25. Versículo para destacar: Proverbios 13:10.


ENSEÑANZA


La Biblia dice que hay más dicha en dar que en recibir. Como para mí el dar no es problema, lo que he tenido que aprender es a recibir, y ahí se incluyen también los consejos. No se puede pensar que todas nos las sabemos y que no necesitamos de nadie; al revés, en el mundo globalizado en que nos movemos por más que la tecnología avance a pasos agigantados, nos necesitamos unos a otros. Personalmente, parto de la buena fe de quien lo da; claro está, hay que saber de dónde vienen. Pero si es de una persona confiable, en la que hemos depositado nuestras intimidades e inquietudes, podemos estar seguros que cualquier recomendación, no se dice por hacer un mal, sino al revés, por querer evitarnos problemas: “La enseñanza de los sabios es fuente de vida y libera de los lazos de la muerte” (v. 14). Muchas veces el orgullo y la soberbia de la persona, así como su ego elevado no permiten aceptar ninguna instrucción o exhortación.

Como lección, aprendamos a oír consejos: “Atiende al consejo y acepta la corrección, y llegarás a ser sabio” (Pr. 19:20). El orgullo nos lleva a la necedad y como nadie nace aprendido, las vicisitudes de la vida a otros, ya les han enseñado muchas cosas que nos logran servir como referencia para no caer en los mismos errores. Un consejo, al igual que una palabra de ánimo, nos pueden ayudar mucho en un momento dado. No los despreciemos, más bien agradezcamos a Dios, por habernos puesto a esa persona en el camino, quizá para evitar más adelante, situaciones que nos lleven a perder la paz y la armonía.


Si no conoces a Jesús, como tu Señor y Salvador, hoy me atrevo a dirigirme a ti y presentártelo. Él anhela para ti lo mejor y está tocando a la puerta. ¿Deseas aceptarlo? Humildemente te aconsejo que sería la mejor decisión en tomar. Si es así, te invito a orar conmigo:


Señor Jesucristo: Yo te necesito y te abro la puerta de mi corazón para que seas mi Señor y Salvador personal; ven a mí, perdona mis pecados, toma el control del trono de mi vida y hazme la persona que quieres que yo sea. Gracias Señor por hacerlo y por poder de ahora en adelante escuchar tu Palabra llena de consejos y lecciones que me ayudarán a vivir rectamente. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

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