miércoles, 20 de julio de 2011

Dios muestra su grandeza cuando confiamos en Él

No teman ni den un paso atrás; al contrario, sean fuertes y valientes.
Josué 10:25.


Lectura diaria: Josué 10:6-28. Versículo para destacar: Josué 10:25.


ENSEÑANZA


El Señor nos está recordando continuamente que debemos ser fuertes y valientes. No podemos ante los problemas y fracasos echarnos a la pena y permitir que el enemigo triunfe. Al revés, en la adversidad es que se prueba la fe. “Si en el día de la aflicción te desanimas, muy limitada es tu fortaleza” (Pr. 24:10). Es bien cierto que un golpe nos puede afectar, así es; nos caemos, nos golpeamos y volvemos a levantarnos porque no nos podemos quedar tendidos en el piso. Continuamos sabiendo que hemos depositado la confianza en Aquel que es Poderoso para cambiar e incluso el rumbo del tiempo, tal como lo hizo con Josué cuando salió a combatir a los reyes amorreos y el sol se detuvo y la luna se paró por casi un día entero (vv. 12-14; acontecimiento comprobado por la NASA). Si alguien está luchando contra nosotros, no nos inquietemos, simplemente dejémosle al Señor esa carga. No permitamos que nuestro corazón se llene de ira, de reproches, ni de deseos de venganza, eso le corresponde a Dios: “Nunca digas: “¡Me vengaré de ese daño!” Confía en el Señor y él actuará por ti” (Pr. 20:22). El Salmo 46 nos ilustra claramente sobre la ayuda de Dios a sus hijos y nos manda incluso a esperar tranquilos: “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. ¡Yo seré exaltado entre las naciones! ¡Yo seré enaltecido en la tierra! (Sal. 46:10). Si no lo dejamos actuar, ¿cómo veremos su gloria resplandecer?

Sea cual sea la situación por la que se esté viviendo: enfermedad, crisis financiera, crisis emocionales, problemas familiares o de trabajo, problemas de dinero, etc., etc. Todo, absolutamente todo, aprendamos a dejarlo en manos del Señor; confiemos en que Él actuará de la mejor manera, desplegando su poder y gloria a favor nuestro. Dejemos que su majestuosidad brille a través de los reveses enfrentados.


¿Quieres conocer al Dios del universo, al Todopoderoso capaz de ordenar a los astros y tempestades que se detengan? Hay una manera de hacerlo y es a través de su Hijo Jesucristo. Él vino a la tierra a llevar el peso de tus pecados, angustias y enfermedades; invitándole a tu vida puedes saber quién es en verdad Jesús de Nazaret. Si es tu deseo podemos orarle así:


Señor Jesucristo: Yo te necesito. Te abro la puerta de mi vida para que seas mi Señor y Salvador personal. Perdona mis pecados; toma el control del trono de mi vida y hazme como quieres que yo sea. Gracias Señor por perdonarme y llevarme contigo de tu mano, amén.


Un abrazo y bendiciones.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

lindo mensaje

Dora C. dijo...

Gracias por el comentario. Bendiciones.

Unknown dijo...

Hay alguien ahí?