El afán de las riquezas

Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males.

1 Timoteo 6:10.

Lectura diaria: 1 Timoteo 6: 3-10. Versículo para destacar: 1 Timoteo 6:10.

ENSEÑANZA

Sea quien sea, que solamente busque la riqueza como fuente de vida, está completamente equivocado. El rico siempre querrá más y más; amontonar y amontonar sin saber para quien acumulará, “pues el fruto de tanto afán tendría que dejárselo a mi sucesor, y ¿quién sabe si este sería sabio o necio? Sin embargo, se adueñaría de lo que con tantos afanes y sabiduría logré hacer en esta vida” (Ecl. 2:18-19). Nadie se lleva nada a la tumba.

El dinero es necesario para la subsistencia de cualquier humano y no es en sí el dinero el que viene a ser raíz de todos los males, es el amor a ese dinero. Cuando se torna como obsesión, se cae igual que en los vicios, ni siquiera se tiene en cuenta de dónde proviene y sus métodos para alcanzarlo; de ahí se desprenden terribles lacras como el narcotráfico y la corrupción. Por eso es mejor hacer tesoros para el cielo: “donde la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mt. 6:20-21). El afán de las riquezas aleja de Dios y “Más vale tener poco con temor del Señor, que muchas riquezas con grandes angustias”. Nadie que se haya enriquecido ilícitamente puede decir que vive en paz; la zozobra y la angustia serán sus compañeras y se convertirán en su pan diario. Muy seguramente de este afán, no quedará sino cansancio.

Busca a Jesús; Él es el mayor tesoro que debemos alcanzar puesto que vino a darnos vida eterna. Si no sabes cómo, te puedo guiar con una corta oración como ésta:

Amado Jesús: Yo te necesito. Entiendo que soy pecador y me arrepiento por ello. Ven a mi vida y perdona todos mis pecados. Te acepto como mi Señor y Salvador personal. Gracias Señor por permitirme encontrarte, por perdonarme y llevarme de tu mano hacia la patria celestial. Amén.

Un abrazo y bendiciones.