miércoles, 6 de julio de 2011

El mejor regalo

Pues Dios no nos destinó a sufrir el castigo sino a recibir la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo.
1 Tesalonicenses 5:9.


Lectura diaria: 1 Tesalonicenses 5:1-11. Versículo para destacar: 1 Tesalonicenses 5:9.


ENSEÑANZA


El deseo de Dios es que nadie se pierda sino que todos lleguen al arrepentimiento: “Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan”. (2P. 3:9b). Jesucristo es el mejor regalo de Dios para la humanidad, aunque son muy pocos los que en verdad lo han apreciado y recibido. Siendo un regalo, es despreciado por muchos y el ego no les permite reconocer que necesitan a un Salvador que los libere del pecado y de las llamas del infierno porque no hay de otra, o se es salvo con Cristo o sencillamente se pierde y lo que le espera es el castigo eterno. Al recibir a Cristo como Salvador personal, inmediatamente quedan los nombres escritos en el libro de la vida y todo aquel que no esté registrado allí, será arrojado al lago de fuego (Ap. 20:15). Aceptar a Cristo es simplemente reconocer que Él vino a pagar la deuda: “murió por nosotros para que, en la vida o en la muerte, vivamos junto con él” (v. 10).

Muchos dirán: “yo no le hago mal a nadie”; “yo hago buenas obras”; “todos los caminos conducen a Roma”; “yo creo en Alá”, Etc., etc., la Biblia enseña que no existe otro camino para llegar a Dios Padre sino el de Jesucristo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida –le contestó Jesús–. Nadie llega al Padre sino por mí” (Jn. 14:6). La salvación no es porque la merezcamos ni porque seamos los conductores de ella, por eso nadie se salva por obras; las obras son una consecuencia de la salvación. Santiago dice que la fe sin obras está muerta (Stg. 2:17). No podemos buscar la salvación a través de filosofías o creencias inquiridas por nuestro propio medio; no somos nosotros tratando de alcanzar a Dios, es Dios en su infinita misericordia alcanzando al hombre para Él. Jesucristo se constituye de este modo en el puente diseñado para llegar al Padre y conseguir la salvación porque “De hecho en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos” (Hch. 4:12).


Si piensas que no hay nadie a quien le intereses o te ame, estás equivocado; Dios te ama y desea que te arrepientas para que vivas por siempre a su lado. Te mandó el más precioso regalo: su Hijo mismo. ¿Deseas aceptarle en tu vida? Te puedo sugerir la siguiente oración y te aseguro que jamás te arrepentirás de tu decisión. Podemos orar así:


Señor Jesucristo: Sé que moriste en mi lugar y te doy gracias por ello. Toma mi vida, perdona mis pecados y hazme como quieres que yo sea. Gracias Señor por darme este regalo tan maravilloso, por perdonarme y limpiarme y llevarme hacia la vida eterna, amén.


Un abrazo y bendiciones.

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