viernes, 22 de julio de 2011

Dios mira solamente el corazón

La gente se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.
1 Samuel 16:7b.


Lectura diaria: 1 Samuel 16:1-13. Versículo para destacar: 1 Samuel 16:7b.


ENSEÑANZA


¿Cómo está tu corazón? ¿Sobre cuál base se cimienta? La Biblia nos enseña que Dios no desprecia un corazón contrito y humillado, siempre busca humildad en la persona que se le acerca. Si el corazón está cauterizado, duro y todo le es indiferente es porque falta la presencia del Señor en él. Si el corazón está construido sobre la fama y el dinero, se está engañando porque esto es efímero y nada se llevará después de la muerte.

A través de la lectura vemos, como Dios buscó a un joven pastor de la región de Belén, para ungirlo como rey de su pueblo, ya que Saúl no supo apreciar el reinado desobedeciendo las instrucciones dadas a través del profeta Samuel. Dios no se equivocó, David, el pastor de ovejas tenía un corazón conforme al corazón suyo (Hch. 13:22); el hijo menor de Isaí, por el que tal vez nadie daba nada en su casa, era la persona que iría a gobernar a Israel y de quien descendería el Salvador del mundo. ¡Qué honor para la familia de Isaí! Después de pasar lista entre todos sus hijos, no quedaba sino el que estaba trabajando en el campo y Dios le dice a Samuel: “Éste es; levántate y úngelo” (v. 12).

Como enseñanza, tratemos de ahondar en las personas; no nos dejemos engañar por las apariencias. En muchas iglesias se rechaza a un joven por su pelo largo o su forma de vestir sin tener en cuenta qué es lo que en verdad tiene en su corazón; muchos de ellos han llegado a los píes del Señor con arrepentimiento genuino y humildad desbordante ¿será que Dios los rechaza por su aspecto? Y si Él no lo hace, ¿Quiénes somos nosotros para rechazarlos?


Hay una noticia extraordinaria para ti, a Dios no le importa como esté tu corazón ahorita; le importa tu actitud hacia Él como Dios soberano que es. Así que si tienes un corazón roto, adolorido, lastimado o endurecido, solamente tienes que recurrir a quien vino a darlo todo por ti: Jesucristo. Con Él, Dios puede transformarte y darte un corazón íntegro y renovado. Arrancará el corazón de piedra que tienes y pondrá en su lugar uno de carne (Ez. 11:19). El propósito de Dios es formarte de acuerdo al corazón de su Hijo, si le permites entrar en tu vida. ¿Deseas aceptarlo? Si es así, te puedo guiar con una oración; recuerda que Dios no está tan interesado en la belleza de tus palabras sino en la sinceridad de tu corazón; oremos:


Amado Jesús: Entiendo que soy pecador y te pido perdón por ello; te entrego el trono de mi vida y te acepto como mi Señor y Salvador; perdona mis pecados y renueva mi corazón de acuerdo como tú lo quieres hacer. Gracias Señor por venir a morar conmigo; gracias por perdonarme y por el propósito que tienes para mí. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

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