martes, 22 de marzo de 2011

El amor inmutable del Señor

Por eso, así dice el Señor: «Si te arrepientes, yo te restauraré y podrás servirme. Si evitas hablar en vano, y hablas lo que en verdad vale, tú serás mi portavoz. Que ellos se vuelvan hacia ti, pero tú no te vuelvas hacia ellos.
Jeremías 15:19.


Lectura diaria: Jeremías 15:15-21. Versículo para memorizar: Jeremías 15:19.


ENSEÑANZA


El corazón del hombre siempre ha sido duro. No acababa el Señor de sacar a Israel de Egipto con gran despliegue de poder cuando al menor descuido de Moisés, empezaron a renegar de Dios y se hicieron un becerro de oro (Éx. 32). Muchísimos años más tarde, cuando ya existía la monarquía, no solo Judá, sino todo Israel se volvió también hacia ídolos extraños, pecado abominable a los ojos del Señor y por eso, desaparecieron como nación. Sin embargo, Dios está siempre presente queriendo restablecer a la humanidad. Siempre desplegando su amor incondicional y dispuesto a perdonar. “Si te arrepientes” dice el Señor. “Yo te restauraré”; “Si evitas hablar en vano”; “Que ellos se vuelvan hacia ti, pero tú no te vuelvas hacia ellos”. Esa siempre ha sido la petición del Señor, y la historia sigue igual; nada ha cambiado desde entonces: ni en los tiempos de Moisés, ni en los tiempos de los jueces, ni en los tiempos de los reyes, ni en los tiempos en que Jesús vino a la tierra y muchísimo menos en los tiempos actuales. A través de las noticias diarias, nos percatamos de la maldad del hombre destruyéndose cada día con más fuerza, sin tener en cuenta a Dios para nada y sin querer voltear los ojos hacia el único que puede librarnos y salvarnos. A pesar de ello, ahí está el Señor. Dispuesto a perdonar y olvidar todas las transgresiones (He. 8:12). Solo desea que haya un corazón sincero, que se humille y reconozca su pecado, para Él con amor atraerlo hacia sus brazos y darle la salvación de su alma. Su amor es inmutable, nunca cambia y nunca dejará de ser.


Este amor está disponible para ti. ¡Él te ama! A Dios no le importa cuántos ni cuáles pecados has cometido. Le interesa la actitud de tu corazón y darte el perdón total de tus pecados a través de su Hijo enviado al mundo: Jesucristo. Con Jesús, tú puedes encontrar una vida nueva, diferente y con propósito. Una vida que te ofrece paz, amor, gozo, reconciliación, perdón de pecados y vida eterna. ¿Deseas aceptar ese amor inmutable de Dios? Podemos orar así:


Señor Jesucristo: Yo te necesito y te abro la puerta de mi vida para que seas mi Señor y mi Salvador personal. Reconozco que soy pecador y te pido perdón por todos mis pecados. Entra en mi vida y hazme la persona que quieres que yo sea. Gracias Señor por hacerlo y por enseñarme a vivir tu amor incondicional. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.


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