Si el ánimo del gobernante se exalta contra ti, no abandones tu puesto. La paciencia es el remedio para los grandes errores.
Eclesiastés 10:4.
Lectura diaria: Eclesiastés 10:1-12.
Versículo del día: Eclesiastés 10:4.
ENSEÑANZA
Como cristianos debemos dar testimonio en todo lugar y esto no excluye el trabajo. Sé que es difícil trabajar donde no se encuentra armonía ni paz; donde quizá se tiene un puesto ejecutivo pero altivamente los que están por encima menosprecian la labor encomendada, y ordenes van y vienen contradiciéndose unos a otros. Es en estos casos es donde se pregunta uno ¿qué papel juego aquí? Creo que el sabio Salomón nos exhorta en este pasaje a reflexionar y entender que Dios espera de nosotros más allá de lo que normalmente se puede dar, porque precisamente ahí está el detalle. A veces Dios utiliza estas situaciones primero, para enseñarnos y pulirnos; segundo para que pongamos en práctica nuestro cristianismo y aprendamos a defendernos como obreros de su viña, no como obreros del mundo. ¿Qué desea Dios que yo haga en un caso similar? Ante todo doblar rodilla, Jeremías 33:3 dice: “Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes”. Hay que pedirle al Señor sabiduría, discernimiento y algo que nos cuesta pero que es fruto del Espíritu Santo y tenemos que poner a funcionar: paciencia. Dice Salomón en el verso del día: “La paciencia es el remedio”. Si en verdad estamos cogidos de la mano de Dios, yo creo que es muy posible pasar las dificultades en las empresas donde laboramos. Dios nos enseñará y mostrará lo grande y oculto que está detrás de la situación y que no vislumbramos con ojos naturales sino con los sobrenaturales. “Si el hacha pierde su filo, y no se vuelve a afilar, hay que golpear con más fuerza. El éxito radica en la acción sabia y bien ejecutada” (verso 10). Hay que entonces: insistir, persistir y no desistir. En todos los campos el cristiano debe aplicar esta frase.
Un abrazo y bendiciones.
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