jueves, 29 de abril de 2010

El anhelo de estar en tu templo

¡Cuán hermosas son tus moradas, Señor Todopoderoso! Anhelo con el alma los atrios del Señor; casi agonizo por estar en ellos. Con el corazón, con todo el cuerpo, canto alegre al Dios de la vida.

Salmo 84:1-2.

Lectura diaria: Salmo 84.1-12. Versículo del día: Salmo 84:1-2.

ENSEÑANZA

A veces no entendemos las palabras del salmista al desbordar su corazón jubiloso ante el Señor. Solamente cuando estamos en perfecta comunión con Él, logramos captar este mensaje. Con razón me gusta tanto y me quebranta la canción de Jesús Adrían, “Por un destello de su gloria”. Cuando logramos esa inigualable comunicación con Dios, no importa lo que pueda venir o pasar porque ese instante, ese segundo, lo llena todo. “Dichoso el que habita en tu templo, pues siempre te está alabando” (verso 4). Habitar en el templo del Señor no es estar todo el día y a toda hora en el lugar de congregación; es permitirle al Espíritu Santo que nos llene completamente para que nuestro cuerpo que es templo de Él, pueda manifestarle nuestro agradecimiento y adoración continuo. El Espíritu Santo es quien gime por nosotros ante el Padre Celestial y le da a conocer aún aquello que tenemos en lo más profundo y que no sabemos cómo pedirlo. “Dichoso el que tiene en ti su fortaleza, que sólo piensa en recorrer tus sendas. Cuando pasa por el valle de las lágrimas lo convierte en región de manantiales; también las lluvias tempranas cubren de bendiciones el valle” (Versos 5- 6). Siempre he pensado que no es fácil recibir malas noticias, pero gracias a Dios que lo tenemos a Él como estandarte y los vientos por fuerte que sean, no pueden tumbarnos porque su diestra poderosa nos sostiene y vuelve a levantar. Aprendamos sea cual sea la situación a adorarle con corazón agradecido. Padre: Gracias porque cuando estoy en unión contigo me envuelves en tu manto protector, de tal manera que si pasan las olas no las siento y si llegan turbulencias no me tocan porque tú estás ahí conmigo, y tu presencia llena toda mi angustia y dolor.

Un abrazo y bendiciones.

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