jueves, 15 de abril de 2010

Desde mi juventud

Tú, oh Dios me enseñaste desde mi juventud, y aún hoy anuncio todos tus prodigios.

Salmo 71:17.

Lectura diaria: Salmo 71:16-24. Versículo del día: Salmo 71:17.

ENSEÑANZA

Cuando conocí al Señor, algo que me impactó fue encontrar tanta juventud entregada con corazón sincero a Dios. Verlos alabarle, alzando sus manos devotas hacia Él y escucharles sus oraciones y testimonios dejó una huella profunda. Confundida al comienzo no lograba entender cómo en épocas de jóvenes rebeldes con cabellos largos y faldas cortas, donde se mezclaba tanto el “hippismo” con el comunismo de ese entonces, se encontrara un grupo de estudiantes universitarios la mayoría, hablando de Jesús. Esto en verdad era muy llamativo, porque no es la época actual donde según mi criterio, es más fácil encontrar cristianos y a la vez compartirles esa nueva vida en Cristo. Tengo que decir y sería muy deshonesto de mi parte si no lo hiciera, que la “Cruzada Estudiantil y Profesional” de aquellos años, se convirtió en la pionera y base fundamental para alcanzar a Colombia para Cristo. Quien diga lo contrario, miente. Incluso en una ocasión viviendo en Valledupar (Cesar), un muchacho de una Iglesia Evangélica, reconocía que la Cruzada había sido la oración contestada de la petición de ellos por mucho tiempo, para que Dios empezara a hacer la obra en Colombia y sacara a la gente hacia otra dimensión del verdadero cristianismo. La Cruzada, inició como “movimiento ecuménico” y aún creo que lo es. Estoy convencida que Dios utilizó esta estrategia para poder llegar a diferentes sitios y estamentos de la sociedad colombiana. Muchísimas de las grandes Iglesias cristianas actuales, nacieron por cristianos convertidos en la Cruzada; sin ir muy lejos, la iglesia donde me congrego “Casa sobre la Roca”, tiene sus raíces allí. El gran predicador Salomón dice: “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que lleguen los días malos y vengan los años en que digas: No encuentro en ellos placer alguno” (Eclesiastés 12:1). ¡Demasiado cierto! Solamente con el paso de los años y las cargas que estos conllevan, podemos entender este versículo. Si no fuera por el hecho de haber conocido al Señor en tiempos juveniles, personalmente me hubiese sido imposible sostenerme en este transitar. El Señor permita que en las iglesias actuales su Palabra se vaya extendiendo cada día más y que veamos iglesias con juventudes que impacten y prediquen aferradamente el mensaje de salvación. Que se vea el denuedo acérrimo por compartir de Cristo como lo aprendí yo, aunque tengo que ser sincera y ese impulso se ha ido menguando poco a poco. Por eso hoy mi llamado es convertir el versículo de estudio en una realidad diaria y mi petición a Dios es como dice el verso 18: “Aún cuando sea yo anciano y peine canas, no me abandones, oh Dios, hasta que anuncie tu poder a la generación venidera, y dé a conocer tus proezas a los que aún no han nacido”.

Un abrazo y bendiciones.

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