viernes, 9 de abril de 2010

Hacerlo todo de la mejor manera

Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño.

Eclesiastés 9:10.

Lectura diaria: Eclesiastés 9:7-18. Versículo del día: Eclesiastés 9:10


ENSEÑANZA

“La vida es demasiado corta”, tenía por título un libro que leí hace unos años. El gran predicador Salomón, a través de sus libros en la Biblia nos deja lecciones para aprender a disfrutar cada momento como si fuera el último. “¡Anda come tu pan con alegría! ¡Bebe tu vino con buen ánimo, que Dios ya se ha alegrado de tus obras! Que sean blancos tus vestidos, y que no falte nunca el perfume en tus cabellos (Versos 7-8). Como mujer soy muy dada a complicarme la vida, yo lo reconozco y tengo que estar orando continuamente por eso. A veces pasamos inadvertidos versículos o pasajes enteros de la Palabra de Dios, sin percatarnos de los detalles que en ellos se encierran. No crean que Dios no me habla, precisamente creo que en mi se aplica aquella frase que dice: “el que enseña, aprende dos veces”. Continuemos; a través de esta lectura Dios nos muestra que desea para sus hijos lo mejor, pero también demanda de ellos lo mejor. Debemos acostumbrarnos a hacer todo de manera sobresaliente y disfrutar cada oportunidad como si fuese la última. Empeñémonos en realizar nuestras tareas, con el mejor ahínco posible. No dejemos pasar el tiempo a la topa tolondra; planeemos las actividades diarias y saquémosle el mayor provecho a lo que hagamos, reconociendo cada minuto y segundo como el más valioso de todos. Recapacitemos y hagamos un alto a tanta carrera y atafago. Mi propia experiencia me enseña que el refrán: “Del afán no queda sino el cansancio”, es muy cierto. ¿Por qué nos dejamos llevar por el agite y alboroto del mundo moderno? ¡Con razón hay actualmente tantos casos de enfermedades coronarias y cerebrales! ¡Con razón hay tanto loco en las calles! Han pesado más los problemas y las carreras, que el sosiego y las posibles soluciones. Esto no quiere decir que nos volvamos “lochos” o indiferentes hacia las vicisitudes diarias porque precisamente eso no es lo que nos manda Dios en el verso del día: “Todo, hazlo con el mayor empeño”. Como conclusión: aprendamos a gozarnos sanamente de los regalos que Dios nos brinda; e igualmente, aprendamos a realizar cualquier trabajo por pequeño que sea, con excelencia.

Un abrazo y bendiciones.

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