lunes, 20 de julio de 2009

No se dejen engañar de ninguna manera

No pierdan la cabeza ni se alarmen por ciertas profecías…que digan: ¡Ya llegó el día del Señor! No se dejen engañar de ninguna manera…

2ª. Tesalonicenses 2:2-3.

Es cierto que las noticias a nivel nacional e internacional son alarmantes pero no debemos dejarnos llevar por el pánico ni creer todo lo que nos dicen al respecto, así venga de pastores o predicadores. Aquí mismo, notamos lo expuesto por el apóstol Pablo, llamándonos a la cordura, la discreción y el buen entendimiento.

El mismo Señor Jesús, cuando los discípulos le preguntaron al respecto les contestó: “Tengan cuidado de que nadie los engañe… Vendrán muchos que usando mi nombre dirán: Yo soy el Cristo, y engañarán a muchos”. “pero en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre”. Mateo 24:4-5 y 36.

Esto nos muestra claramente, que nadie lo sabe. Habrá ciertas señales que sin embargo, no son tan claras porque desde el comienzo de la historia, por ejemplo, se han levantado guerras y han sucedido terremotos en diferentes épocas y lugares.

Por lo anterior lo mejor, es no dejarse atemorizar y más bien, estar preparados para que su venida no nos tome desapercibidos, como en el ejemplo de las jóvenes solteras que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio. Cinco eran prudentes y cinco insensatas; las prudentes llevaron aceite junto con sus lámparas mientras que las otras no lo hicieron y cuando el novio llegó, sólo pudieron entrar al banquete de bodas las que estaban preparadas “Por tanto –agregó Jesús-, manténganse despiertos porque no saben el día ni la hora” Mateo 25:13.

Nuestra esperanza debe estar puesta en la vida con Jesús y tener la certeza que como hijos de Dios, no nos abandonará. Jesucristo es vida y no muerte para los creyentes, entonces, no debemos acobardarnos porque mientras estemos en este mundo, la maldad prevalecerá pero a nosotros nos espera otra vida que gozaremos juntamente con nuestro Amado Señor. Simplemente estemos preparados en todo tiempo para recibir a nuestro Rey.

Un abrazo y bendiciones.

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