Dame, pues, la región montañosa que el Señor me prometió en esa ocasión. Desde ese día, tu bien sabes que los anaquitas habitan allí, y que sus ciudades son enormes y fortificadas. Sin embargo, con la ayuda del Señor, los expulsaré de ese territorio, tal como él lo ha prometido
Josué 14:12.
Caleb fue uno de los exploradores enviados por Moisés a reconocer la tierra de Canaán. Mientras diez volvieron pesimistas, Caleb y Josué animaron a Moisés y a todo el pueblo a luchar por la tierra prometida. De hecho, fueron los únicos que por su fe, pudieron entrar a ese territorio. Cuando Caleb viajó como explorador tenía cuarenta años y por la rebelión de Israel tuvieron que pasar otros cuarenta y cinco antes de ver cumplida la promesa. El optimismo de Caleb y su fe en el Dios de sus padres, le permitió tomar posesión del monte Hebrón a sus ochenta y cinco años, tal como Dios se lo había prometido en esa ocasión.
Supongo que Caleb tenía sus ojos puestos en dicha promesa y nunca vaciló en alcanzarla. Para él no hubo impedimento alguno, ni sus fuerzas se vieron aminoradas por la edad; al contrario, estaba dispuesto a pelear la batalla y enfrentarse a los anaquitas que eran hombres de gran estatura e infundían terror en las poblaciones de la región, pero sabía muy bien que Dios intervendría a su favor.
En verdad, la fe de Caleb es admirable. Cuántas veces vemos correr el tiempo anhelando la promesa; nos centramos en ella más que en el que la prometió y las circunstancias adversas nos invaden. Entonces, perdemos el horizonte y se nos nubla la visión sin permitirnos descansar en el dador de ésta.
Dios ha cumplido muchas promesas y nosotros no seremos la excepción. Simplemente son: sí y amén. Quizá pasará el tiempo y como Caleb, veremos su cumplimiento en la edad avanzada. No desmayemos, sigamos adelante y peleemos por lo que nos pertenece, que Dios estará con nosotros.
Señor: Enséñanos a esperar contigo el cumplimiento de tus promesas siguiendo el ejemplo de Caleb sin desmayar ni fluctuar a pesar de las dificultades, sino con la mirada puesta solamente en ti.
Un abrazo y bendiciones.
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