—Vete en paz —respondió Elí—. Que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido.1 Samuel 1:17.
Lectura: 1 Samuel
1:1-20. Versículo del día: 1 Samuel
1:17.
MEDITACIÓN DIARIA
Estas fueron las
palabras del sacerdote Elí a Ana, la esposa de Elcaná, cuando ella entró al
templo a orar quebrantada, pidiéndole al Señor un hijo, ya que era estéril. Y
así sucedió: pasado un año, dio a luz un niño a quien puso por nombre Samuel y
se lo dedicó al Señor.
En la predicación dominical
de ayer aprendí que el Señor tiene todas las respuestas para nosotros, pero no
tiene toda nuestra atención. Si nuestra relación es fría o tibia, no prestamos
atención a lo que oímos; más exactamente creo yo, a lo que escuchamos. Porque
oímos mucho, pero escuchamos poco; igual que, miramos mucho, pero vemos poco.
¿Qué quiere decir este juego de palabras? Que cuando verdaderamente escuchamos
lo que se nos dice y vemos lo que se nos muestra es porque ponemos atención. En
verdad, es algo en lo que personalmente tengo que aprender, no en lo
concerniente al Evangelio, pero sí soy muy distraída cuando alguien me está
hablando directamente.
Si nuestra relación con
el Señor no es prioritaria, es difícil entonces, que se nos otorguen las
súplicas que le hacemos. Revisemos cómo anda nuestra área espiritual y antes
que abogar por los demás, tengamos un encuentro íntimo, entre el Señor y cada
uno, donde también desbordemos el corazón ante Él; le clamemos y lloremos como
en el caso de Ana, que muy seguramente el Señor nos dará paz y se encargará de
concedernos las peticiones que le hayamos hecho.
Amado Dios: Nos
presentamos ante Ti con un corazón deseoso de tenerte como a nuestro mejor
Consejero y Amigo. Tú nos conoces y sabes exactamente lo que existe en cada uno
de ellos; mira pues buen Señor lo que nos está haciendo daño y deséchalo. Pon
un corazón contrito, humillado y sensible a tu voz para que aprendamos a
interesarnos más en lo que nos enseñas y no dejarnos distraer por falsas
posiciones que nos alejan de tu lado.
Un abrazo y
bendiciones.