Pero su señor le contestó: ¡Siervo malo y perezoso! ¿Así que sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido? Pues debías haber depositado mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo hubiera recibido con intereses.Mateo 25:26-27.
Lectura: Mateo
25:14-30. Versículos del día: Mateo
25:26-27.
MEDITACIÓN DIARIA
Siempre he tomado este
pasaje como los talentos que el Señor le ha dado a cada uno y después nos
pedirá cuentas de lo hecho. Sin embargo, creo que especialmente también se
refiere a la obra hecha como siervos del Señor que somos. ¿Será que si estamos
preparados para recibir un gran galardón cuando nos encontremos con el Señor?
¿Hemos explotado todos nuestros talentos para llevar el mensaje de
salvación? ¿Si hemos sido fieles al
Señor? “¿Quién es el siervo fiel y prudente a quien su señor ha dejado
encargado de los sirvientes para darles la comida a su debido tiempo?
Dichoso el siervo cuando su señor, al regresar, lo encuentra cumpliendo con su
deber” (Mateo 24:45-46).
El Señor como Amo
nuestro, nos va a pedir cuentas; de eso no hay la menor duda. Meditemos en esta
parábola y pidámosle al Espíritu Santo que nos muestre si estamos fallando en
algo, para entonces pedir su dirección y tomar el rumbo debido. Busquemos
presentarnos dignos ante nuestro Amo, Señor y Dios.
Amado Señor: queremos
ser diligentes en tu obra. Enséñanos a perseverar sin cansancio, buscando
siempre llegar a las necesidades más apremiantes de nuestro prójimo,
especialmente llevando el mensaje de las Buenas Nuevas que conocemos, para que
ellos también encuentren paz, consuelo y bienestar en sus vidas. Gracias Señor
por la confianza que has depositado en nosotros; no queremos defraudarte;
deseamos llegar a la meta como obreros fieles y dignos de la tarea encomendada.
Un abrazo y
bendiciones.
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