jueves, 7 de mayo de 2015

Que se cumpla lo que quieres


—¡Mujer, qué grande es tu fe! —contestó Jesús—. Que se cumpla lo que quieres. Y desde ese mismo momento quedó sana su hija. 
                                                                                                                       Mateo 15:28                

Lectura: Mateo 15:21-28.  Versículo del día: Mateo 15:28.


MEDITACIÓN DIARIA


El pasaje nos cuenta de una mujer que no era judía sino cananea y sale al encuentro de Jesús a rogarle que sane a su hija endemoniada. Debió ser terrible la situación que estaba viviendo; hay que ponernos en los zapatos de ella para entender su desesperación. La mujer había escuchado hablar de que Jesús sanaba enfermos y echaba fuera demonios y resueltamente se dirige al camino por donde pasaría para rogarle por la liberación de su hija. Esta mujer insiste y pide ayuda, aunque sabe de antemano su condición pagana (v. 25); pero aun así, voltea los ojos hacia quien puede ser su libertador. No se cree digna de Él (v. 27), pero su persistencia la lleva a feliz término porque el Señor cumple su petición (v. 28).

¿Cuántos dejan de acercarse a Jesús porque se consideran indignos de recibir su perdón o sanidad? Precisamente el Señor vino fue a liberar a los cautivos por el pecado, de las garras de Satanás. Dice el Señor: “¿Son sus pecados como escarlata?  ¡Quedarán blancos como la nieve! ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la lana!” (Isaías 1:18). Seguro que has oído como esta mujer hablar de Jesús; ¡ven a Él! El Señor sabe tu situación y sufrimiento, no te detengas. Tampoco te dejará ir con las manos vacías sino que te responderá: “Que se cumpla lo que quieres”.


Amado Señor: Humildemente te ruego por todas aquellas personas que están agobiadas por el mismo peso de sus pecados y se encuentran cautivas en medio de la desesperación; o por las que necesitan una mirada tuya a su condición enferma y maltratada para que les hagas saber que eres el bendito Dios de toda consolación, presto a escuchar y extender tus manos misericordiosas sobre todo el que se acerque a Ti. ¡Gracias buen Señor y Dios!


Un abrazo y bendiciones.

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