Pero si alguien hace pecar a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo profundo del mar.Mateo 18:6.
Lectura: Mateo
18:1-14. Versículo del día: Mateo 18:6.
MEDITACIÓN DIARIA
No solamente nos
muestra el pasaje la importancia de ser nosotros como niños para ir al reino de
los cielos, sino hay algo más profundo y es el amor intenso de Jesús por los
niños. De hecho, Él como Dios sabe lo vulnerable que son en manos de los
adultos. Son indefensos completamente y tan frágiles que el menor roce puede
destrozarlos y dejarles heridas perdurables. “¡Ay del mundo por las cosas que
hacen pecar a la gente! Inevitable es que sucedan, pero ¡ay del que hace pecar
a los demás!” (v. 7). ¡Ay del que hace pecar a los niños! Todo el peso del
castigo se le viene encima de parte de Dios.
Definitivamente el ser
humano está como está porque no quiere saber nada de Dios; su corazón está
entenebrecido y apartado de su Creador, nada puede entender. Si quisiera
voltear los ojos hacia Él, leer su Palabra, meditarla, aprenderla y ponerla en
práctica se daría la suficiente cuenta de lo grave que es meterse con los
niños, dañarles el corazón y seguir como si nada hubiese sucedido. Las
estadísticas demuestran que una de las causas del alto índice de homosexualidad
es por niños y niñas abusados en su infancia. ¿Qué le podrán decir al Padre los
pederastas o pedófilos cuando se encuentren cara a cara con Él? “más le valdría
que le colgaran al cuello una gran piedra de molino y lo hundieran en lo
profundo del mar”.
Personalmente considero
que también son culpables los mismos padres que no han sabido guardarlos ni
velar por su integridad. Dios permita que esta reflexión llegue a innumerables
rincones para dejar de contaminar a los pequeños.
Amado Señor: Hoy te
rogamos por todos los niños para que seas tú guardándolos de tantos peligros
que los acechan y librándolos de todo mal. También ponemos en tu presencia a
los adultos como padres y maestros para que se concienticen de la
responsabilidad que tienen con ellos y no los expongan a los riesgos del mundo.
Perdona a tanto desquiciado que anda por ahí y convéncelo del pecado grave que
está cometiendo contra la infancia. Llévalo a tus pies por tu infinita misericordia.
Te lo pedimos a Ti, Papito Dios, en el nombre de tu Hijo Jesús.
Un abrazo y
bendiciones.
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