martes, 5 de mayo de 2015

Serían más de lo contado




Muchas son, Señor mi Dios, las maravillas que tú has hecho. No es posible enumerar tus bondades en favor nuestro. Si quisiera anunciarlas y proclamarlas, serían más de lo que puedo contar. 
Salmo 40:5.


Lectura: Salmo 40:1-17.  Versículo del día: Salmo 40:5.

MEDITACIÓN DIARIA

Son tantas las bendiciones que a diario recibimos de nuestro buen Dios, que incluso pasan desapercibidas. Si tuviéramos la oportunidad de ver en una pantalla lo cotidiano que realizamos, podríamos fijarnos que en ocasiones sin querer (pensamos), nos desviamos de un camino, pero no es porque sí; Dios sabe que si seguimos por ahí algo  puede llegar a suceder y nos muestra nuevas sendas para cruzar. Se hace tarde para el trabajo por un trancón de carros o por una vía accidentada y sin embargo, renegamos sin acordarnos que todas las cosas nos ayudan a bien (Romanos 8:28). Tenemos que aprender a ser agradecidos con el Señor sea bueno o malo lo que nos ocurra: “Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos —afirma el Señor —” (Isaías 55:8), son más altos, dice el versículo que sigue y diría yo: ‘mucho más altos’, no los podemos entender. El Señor siempre va a querer nuestro bien eso es indudable, pero poco lo creemos (Jeremías 29:11).
Yo sugiero llevar en apuntes al menos por tres días, los recorridos o agenda diaria y anotar allí al terminar la jornada, las vicisitudes o tropiezos que tuvimos; igualmente los momentos en que cambiamos de parecer y tomamos otra ruta, y así con innumerables detalles. Seguro que encontraremos muchos. Después de cada noche, buscar el lado positivo de lo ocurrido y darle gracias al Señor porque por más que no los entendamos, son parte de su protección y guarda. No es necesario que Dios haga extraordinarios milagros con nuestra vida para contar todas sus maravillas: “Si quisiera anunciarlas y proclamarlas, serían más de lo que puedo contar”; “que todos los que te buscan se alegren en ti y se regocijen; que los que aman tu salvación digan siempre: ¡Cuán grande es el Señor!” (v. 16 en la lectura).

Amado Señor: Bien sabemos que tu protección nos cubre por completo; que siempre quieres nuestro bienestar pero ni siquiera nos damos por enterados porque ya se ha vuelto una costumbre tu infinito amor y misericordia diaria. El hecho de levantarnos cada mañana y ver la luz del sol es una de tus bondades más maravillosas. Perdona la ingratitud y quizá altivez y orgullo pensando que todo ha sido obra nuestra y de nuestras propias capacidades. ¡Gracias buen Señor por darnos tanto amor sin merecerlo!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: