viernes, 7 de junio de 2013

Su gloria irradiando en nosotros

Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu.
2 Corintios 3:18

Lectura: 2 Corintios 3:7-18.  Versículo del día: 2 Corintios 3:18.

 MEDITACIÓN DIARIA

Dice Pablo que con el rostro descubierto porque no tenemos el velo que nos impedía ver a Cristo. Ahora le hemos conocido; nuestro corazón le pertenece al Señor y somos uno con Él. Cuando el Señor Jesús, oró al Padre por todos los creyentes, le pedía eso: que fuéramos uno solo como Él con el Padre, ya que su gloria la compartía con nosotros (Juan 17:22).  Y si nos está compartiendo su gloria tenemos que permitirle actuar, para que esa gloria, su gloria, se vea reflejada. Y aunque todavía no le veremos cara a cara, el Espíritu irá haciendo la obra transformadora cada día y así  estaremos listos cuando Cristo venga, porque entonces sí, le veremos tal y como Él es (1 Juan 3:2). 
“Así que, como tenemos tal esperanza, actuamos con plena confianza” (v. 12 en la lectura). Rindámonos en los brazos del Señor entregándole todas las áreas de nuestra vida, para que quien nos vea, vea la gloria del Señor irradiada en nuestros rostros; gloria adornada de su amor, perdón y misericordia. Virtudes que poseemos para ofrecerlas al prójimo.

Amado Señor: Gracias por compartir la gloria tuya con quienes te pertenecemos. Gracias porque somos uno contigo. Permite que a través de esa unidad el mundo te reconozca, al ver en nosotros reflejada tu gloria.   

Un abrazo y bendiciones.

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