No se te ocurra pensar: “Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos”. Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza.Deuteronomio 8:17-18a.
Lectura: Deuteronomio
8:1-20. Versículos del día: Deuteronomio
8:17-18a.
MEDITACIÓN DIARIA
Lo peor que se puede hacer es creernos tan
autosuficientes que no necesitamos de Dios.
Es el Señor quien da el poder para producir la riqueza, máxime cuando
hemos cruzado desiertos bien difíciles; por tanto hay que recordar que: “El Señor te guió a través del vasto y
horrible desierto, esa tierra reseca y sedienta”¸ “en el desierto te alimentó con maná, ... Así te humilló y te puso a
prueba, para que al fin de cuentas te fuera bien” (vv. 15a, 16a y c). Sé de
muchos hogares que han pasado por desiertos difíciles y su comida ha sido para
todos arroz con lentejas; ese fue su maná, pero al final Dios en la tierra
prometida, les restituyó y levantó nuevamente.
El Señor nos manda a nos ser olvidadizos porque
se nos pueden devolver las cosas: “Si llegas a olvidar al Señor tu Dios, y
sigues a otros dioses para adorarlos e inclinarte ante ellos, testifico hoy en
contra tuya que ciertamente serás destruido” (v.
19); tampoco debemos ser desagradecidos, quien merece
todo nuestro agradecimiento no es más que nuestro bendito y santo Dios. Si hay
dar gracias en la adversidad, con cuanta mayor razón en la prosperidad.
Amado Señor: Te damos
gracias por sostenernos cuando hemos cruzado desiertos áridos y sedientos para
llevarnos hacia la tierra prometida. Gracias por tu bondad y amor que infinitas
veces nos demuestras. Te alabamos Señor y bendecimos tu nombre.
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario