sábado, 15 de junio de 2013

El fruto de mi esfuerzo depende de tus manos




No se te ocurra pensar: “Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis manos”.  Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para producir esa riqueza. 
Deuteronomio 8:17-18a.


Lectura: Deuteronomio 8:1-20.  Versículos del día: Deuteronomio 8:17-18a.

MEDITACIÓN DIARIA

Lo peor que se puede hacer es creernos tan autosuficientes que no necesitamos de Dios.  Es el Señor quien da el poder para producir la riqueza, máxime cuando hemos cruzado desiertos bien difíciles; por tanto hay que recordar que: “El Señor te guió a través del vasto y horrible desierto, esa tierra reseca y sedienta”¸ “en el desierto te alimentó con maná, ... Así te humilló y te puso a prueba, para que al fin de cuentas te fuera bien” (vv. 15a, 16a y c). Sé de muchos hogares que han pasado por desiertos difíciles y su comida ha sido para todos arroz con lentejas; ese fue su maná, pero al final Dios en la tierra prometida, les restituyó y levantó nuevamente.
El Señor nos manda a nos ser olvidadizos porque se nos pueden devolver las cosas: Si llegas a olvidar al Señor tu Dios, y sigues a otros dioses para adorarlos e inclinarte ante ellos, testifico hoy en contra tuya que ciertamente serás destruido” (v. 19);   tampoco debemos ser desagradecidos, quien merece todo nuestro agradecimiento no es más que nuestro bendito y santo Dios. Si hay dar gracias en la adversidad, con cuanta mayor razón en la prosperidad.

Amado Señor: Te damos gracias por sostenernos cuando hemos cruzado desiertos áridos y sedientos para llevarnos hacia la tierra prometida. Gracias por tu bondad y amor que infinitas veces nos demuestras. Te alabamos Señor y bendecimos tu nombre.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: