miércoles, 26 de junio de 2013

El enojo y la ira nos apartan del perdón



«Si se enojan, no pequen». No dejen que el sol se ponga estando aún enojados,  ni den cabida al diablo. 
Efesios 4:26-27.

Lectura: Efesios 4: 1-32.  Versículos del día: Efesios 4:26-27.

MEDITACIÓN DIARIA

Es difícil sostenerse pasivos y tranquilos ante la indiferencia, negligencia, altivez o agresión  de las personas; sin embargo, no se puede dejar que la ira nos venza.  Dice el versículo: “No dejen que el sol se ponga estando enojados”, lo cual quiere decir que no permitamos ir a dormir estando aun indignados con la persona que nos agravió. Una discusión nos puede llevar a quitar la paz, la alegría, y lo que es peor: olvidarnos de la bondad y compasión, permitiéndole lugar al diablo (v. 27) y aceptando sus mentiras como: “no te dejes”; “ya es hora de poner a esa persona en su sitio”; “ya lo(a) has perdonado bastante”, etc., sin acordarnos que el Señor continuamente está perdonándonos. Y entonces, ¿quién somos nosotros para no hacerlo?  Si el Señor dijo que pusiéramos la otra mejilla, es porque así debe ser. Además: “perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo” (v. 32b), y no, una ni dos, ni siquiera siete veces porque el mismo Señor le contestó a Pedro: “—No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta y siete veces —le contestó Jesús—“ (Mateo 18:22).
Por más ofendidos que nos sintamos, recordemos que la recomendación es abandonar toda amargura, ira, enojo, gritos y calumnias (v. 31 en la lectura). Quizá, estamos viendo el pecado en la otra persona, pero sin duda alguna, si nos dejamos arrastrar por estos desenfrenos, también estamos pecando. Como quien dice: vemos la paja en el ojo ajeno sin darnos cuenta que el nuestro está lleno de lo mismo.

Amado Señor: Nos damos cuenta que aun somos débiles y caemos fácilmente en el enojo y la ira: te pedimos perdón por ello y te rogamos nos llenos de tu Santo Espíritu para llevar consigo el fruto del dominio propio. Señor, haznos entender que así como tú nos perdonas, también nos corresponde hacer lo mismo.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: