lunes, 24 de junio de 2013

El puente para llegar a Dios



Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados! 
Efesios 2:4-5.


Lectura: Efesios 2:1-22.  Versículos del día: Efesios 2:4-5.

MEDITACIÓN DIARIA

Nadie, absolutamente nadie puede decir que será salvo por sus propios medios porque no es así.  La infinita misericordia de Dios y su amor por nosotros, permitió que a través de su Hijo Jesucristo alcanzáramos la salvación. Lo dice claramente el versículo: “aun cuando estábamos muertos en pecados”.  Muchos se creerán muy buenos y que no han cometido pecado alguno, pero la Biblia dice que: “todos han pecado y están privados de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).  No hay pero que valga; el hombre no puede salvarse por sí solo.  Si considera que haciendo buenas obras,  no haciéndole mal a nadie, buscando a Dios a través de sacrificios, religiones o filosofías va a conseguir la salvación, está completamente errado. “esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte” (vv. 8-9 en la lectura). La gracia, es un regalo, un don de Dios.
Ninguno de estos métodos sirve en modo alguno.  La única solución para el hombre pecador es Jesucristo. Cuando el hombre entiende el sacrificio del Señor Jesucristo y admite lo hecho por Él en su favor, entiende el amor maravilloso de Dios: “Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8); y es que ahí está el detalle: no es el hombre tratando de llegar a Dios, sino Dios mismo llegando al hombre. Por eso no dudó en entregar a su Hijo al mundo.  Cristo Jesús, es el puente que nos dirige hacia Dios Padre; y cuando aceptamos cruzar ese puente, se convierte en una relación personal; en un mejor estilo de vida que identificará al nuevo creyente.
Si aun no has decidido atravesar el puente, te invito a que lo hagas. No te arrepentirás de ello y serán muchísimas las bendiciones que empezarán a llover en tu vida, empezando por tu salvación. Si es tu deseo podemos orar así:

Amado Señor Jesucristo: Ahora entiendo que eres el puente dispuesto por Dios para llegar al cielo.  Hoy reconozco lo que hiciste por mí en el Calvario y te entrego mi vida para que perdones mis pecados. Ven a mí. Te acepto como mi Señor y Salvador personal. Toma el trono de mi vida y hazme la persona que deseas que yo sea. Amén.

Un abrazo y bendiciones.
     

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