jueves, 13 de junio de 2013

Escucha pueblo mío




Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. 
Deuteronomio 6:4-5.


Lectura: Deuteronomio 6:1-25.  Versículos del día: Deuteronomio 6:4-5.

MEDITACIÓN DIARIA

¿Por qué es tan difícil amar al Señor del modo que nos ordena?  Personalmente creo que es por la indiferencia del hombre hacia Él.  Porque cada día está más alejado de las creencias divinas y del temor a Dios; porque se siente autosuficiente creyéndose dueño absoluto de todo y sin necesitar de nadie. Porque mira el avance tecnológico como de su propia invención, sin tener en cuenta que quien da la vida, la sabiduría, la inteligencia y el discernimiento, no puede ser nadie más que el Diseñador por excelencia. Porque a Dios se le ha sacado de las aulas estudiantiles y de los cuartos en el hogar.  Porque a los gobiernos les interesa más, ser flexibles con el pueblo que ser radicales en su fe.
Según la lectura vemos la importancia de trasmitir de generación en generación los preceptos y leyes dictadas por el mismo Dios.  Y no es si queremos hacerlo, es que es una orden de Dios, “Oye (Pedro, Pablo, Lucía, Martha, etc.) Israel: “Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades” (vv. 6-9).  Como cristianos, ¿sí lo estamos haciendo con responsabilidad? Reflexionemos.

Amado Dios: ¡Tú eres nuestro único Dios y Señor! Enséñanos no solamente a colocarte en el primer lugar, sino también a transmitir a nuestros hijos e hijas lo grandioso que eres.  A recalcarles que eres Poderoso e Inigualable y que no existe otro Dios fuera de ti.

Un abrazo y bendiciones.

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