viernes, 16 de diciembre de 2011

La injusticia

Más vale tener poco con justicia que ganar mucho con injusticia.
Proverbios 16:8.


Lectura diaria: Proverbios 16:1-33. Versículo para destacar: Proverbios 16:8.


ENSEÑANZA


El corazón de la humanidad está tan endurecido que no se percata ni le hace mella el dolor ajeno. Al contrario, maquina cada día cómo es que se las vuelve a ingeniar para abarcar más y multiplicar su riqueza así sea a costillas de los demás, vulnerando sus derechos y pisoteándole su dignidad. Dice el Salmo 89:14: “La justicia y el derecho son el fundamento de tu trono, y tus heraldos, el amor y la verdad”. Gracias a Dios, mientras aquí no existe la justicia, en el tribunal de Dios sí y nada quedará impune porque precisamente esta es una de las bases de su estrado y Dios no es hombre para que mienta. Esto reconforta porque sin querer volvemos a lo mismo del devocional de ayer: estamos como estamos porque la injusticia social prima ahora más que nunca; no solamente tenemos que mirar impávidos los desastres de la naturaleza sino también los desastres de una mal llamada justicia en nuestro país. Se condena a un hombre de ruana a tres años de prisión por pagar unas libras de papa con un billete falso de $50.000 y se condena a siete años y medio de cárcel a unos hombres de cuello blanco por robar millones de millones a la ciudad. Siete años que se convertirán según los entendidos, en si acaso tres por diferentes prebendas a las que se acogerían. ¿Es esto justicia social?

Mi niña junto con otros amiguitos consiguieron un trabajo en vacaciones: laborar 10 horas diarias en una fábrica de cuadernos donde todo el día permanecen de pie en una bodega fría y sin brindarles ni siquiera un pocillo de agua aromática por algo así, como un pago que si bien les va, les generaría veinte mil pesos diarios. Si llevan el almuerzo, tendrán que comérselo en la calle porque tampoco existe un lugar apropiado para hacerlo, mientras adentro los dueños se ufanan y muestran orgullosos sus miles de billetes. Para estos jóvenes esto ha sido una gran enseñanza porque en sus casas lo tienen todo, pero ellos mismos reflexionan y comentan sobre la cantidad de mujeres que están ahí porque necesitan de verdad llevar un bocado de pan a sus hijitos en la noche y por cuántos sacrificios, penurias y humillaciones tienen que pasar para logarlo. Después nos preguntamos por qué estamos cómo estamos. "Hagan justicia cada mañana, y libren al explotado del poder del opresor, no sea que mi ira se encienda como un fuego y arda sin que nadie pueda extinguirla, a causa de la maldad de sus acciones" (Jeremías 21:12). La respuesta nos la da el mismo Señor. Al buen entendedor pocas palabras bastan.

Como enseñanza o reflexión nosotros los cristianos tenemos que ser generadores de un cambio en todos los ámbitos de la sociedad y en esta área es urgente. No permitamos que el mundo nos arrastre en sus convicciones y leyes absurdas, y aprendamos a actuar bajo los parámetros de Proverbios 3:3: "Que nunca te abandonen el amor y la verdad: llévalos siempre alrededor de tu cuello y escríbelos en el libro de tu corazón". Si practicamos el amor al prójimo, el mandamiento nuevo dejado por el Señor, por lo que conocerán que somos diferentes, sabremos entonces hacer verdadera justicia. ¡Pongamos manos a la obra!


Si no conoces a Jesús de Nazaret como el Salvador de tu vida, te sugiero hacer una corta oración para que empieces una relación con Él y puedas entender la magnitud del verdadero amor. Podemos orar así:


Señor Jesús: Yo te necesito. Te abro la puerta de mi vida para que seas mi Señor y Salvador personal. Perdona mis pecados; toma el control del trono de mi vida y hazme la persona que quieres que yo sea. Quiero caminar contigo y aprender a comportarme con justicia y equidad en toda circunstancia. Gracias Señor por venir a morar conmigo y perdonarme; gracias por enseñarme tus caminos y guiarme como es de tu agrado. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

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