miércoles, 21 de diciembre de 2011

La entrañable misericordia de Dios

Gracias a la entrañable misericordia de nuestro Dios. Así nos visitará desde el cielo el sol naciente; para dar luz a los que viven en tinieblas, en la más terrible oscuridad, para guiar nuestros pasos por la senda de la paz.

Lucas 1:78-79.


Lectura diaria: Lucas 1:67-80. Versículos para destacar: Lucas 1:78-79.


ENSEÑANZA


Colombia tiene que salir de la oscuridad. Dios puede hacer que su entrañable misericordia llegue a todos los confines de nuestra nación; es la única manera de encontrar el sendero de la paz.

Tenemos que entender que vivimos en una sociedad llena de confusión, donde tal pareciera que cada día todo se torna más difícil y oscuro; esas tinieblas quisieran opacar la luz que destila la iglesia del Señor porque al fin de cuentas es el príncipe de este mundo quien gobierna por ahora y su interés es precisamente no dejar que el sol naciente nos visite. Pero no, para eso vino el Señor: para que el pueblo que habita en la oscuridad vea una gran luz, para que haya luz resplandeciente sobre los que viven en densas tinieblas (Mt. 4:16). Satanás puede creer que ganó la batalla, pero la guerra no ha terminado y la victoria es del Señor porque: “El Señor se complace en su pueblo; a los humildes concede el honor de la victoria” (Sal.149:4). Si no fuera así, no tendría objeto el cristianismo.

Cristo Jesús nació en un humilde pesebre y en la edad adulta comenzó su ministerio; en obediencia se sujetó al Padre y lo culminó con triunfo habiendo vencido a la muerte y pisoteado a Satanás al resucitar para darnos vida eterna. Ahora tenemos que celebrar con gozo la venida del Señor y no permitir que otras circunstancias enturbien nuestra vida. Oremos porque en este país no haya corrupción; porque la luz del Señor llegue a todos aquellos que se creen poderosos e infalibles; a los que miran por debajo del hombro a sus subalternos sin darse cuenta que ellos también lo son. A los que ilusamente piensan que sus puestos son eternos y por consiguiente tienen derecho de oprimir al necesitado; ellos no saben que: “Quien cierra sus oídos al clamor del pobre, llorará también sin que nadie le responda” (Pr. 21:13). Así nos duela, oremos por todos aquellos que nos han hecho tanto mal, porque al fin de cuentas esa es nuestra obligación. Ese es el mandato de Dios y aunque no lo entendamos oremos por ellos, porque la entrañable misericordia de Dios la mente humana no la puede comprender.


Si nunca antes le has dicho a Jesús que tome tu vida, te invito a que lo hagas en este momento. Quizá tú que lees este mensaje puedes ser una persona que lo tienes todo: poder, riqueza, salud, estudio, etc. sin embargo tu área espiritual está vacía y solo puede llenarla un hombre nacido hace dos mil años llamado Jesús de Nazaret. Te sugiero una oración como la siguiente:


Señor Jesucristo: Yo te necesito. Confieso que soy pecador y te pido perdón por ello. Ven a mi vida, te abro la puerta de mi corazón para que seas mi Señor y Salvador. Toma el control del trono que hasta ahora yo manejo y hazme la persona que quieres que yo sea. Gracias Señor por hacerlo. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

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