domingo, 7 de agosto de 2011

¿Que refleja tu fe?

¿QUÉ REFLEJA TU FE?

“Hermanos míos, la fe que tienen en nuestro glorioso Señor Jesucristo no debe dar lugar a favoritismos”. Santiago 2:1.

Lectura diaria: Santiago 2:1-13. Versículo para destacar: Santiago 2:1.

ENSEÑANZA

¿Será verdad que con todos nos portamos de igual manera, sin dar lugar a distinciones? Muy seguramente creemos que llevamos una vida recta a los ojos en Dios, pero cuando se nos acerca el pobre o mendigo, disimuladamente lo hacemos a un lado, “¿acaso no hacen discriminación entre ustedes, juzgando con malas intenciones?” (v. 4). Si por el contrario, en el necesitado vemos al Señor, estaremos cumpliendo el segundo mandato más relevante: “Ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mr. 12:31). El amor es el cumplimiento de la ley en su plenitud (Ro. 13:10); el amor no hace mal al prójimo, al contrario, lo dignifica. Quien no ama al hermano que ve, ¿cómo puede a amar a Dios a quien no ve? (1 Jn. 4:20)

Debemos aprender a practicar el amor con hechos y de verdad, no de palabra ni de labios para afuera (1 Jn. 3:18). Amemos de igual manera al que tiene, como al que no tiene; al que nos ofrece con humildad un vaso de agua, como al que nos recibe con banquete; al que nos regala una sonrisa como al que ni siquiera nos presta la cara para el saludo. No hagamos discriminación alguna ni le demos cabida al juzgamiento, puesto que esto no nos corresponde a nosotros; el que juzga es Dios. Recordemos que el Señor ama al pecador así no apruebe el pecado que habita en él; y que el amor cubre todas las faltas (Pr. 10:12).

Es difícil dar amor, si antes te lo han negado. No importa cuán grandes hayan sido tus pecados; lo importante es que Dios te ama a pesar de…, Él demuestra su amor a través de Jesús, quien murió por ti (Ro. 5:8). La más grande expresión de amor está dada en Jesucristo; su amor verdadero cubre todas las faltas. Tu condición de pecador quedará atrás si aceptas lo que el Señor vino hacer en tu reemplazo. ¿Quieres un nuevo modo de vida? Jesús te lo ofrece hoy a cambio de nada. Si es tu deseo te invito a orarle así:

Señor Jesucristo: Confieso que soy pecador y estoy arrepentido por ello. Ven a mi vida, te acepto como mi Señor y Salvador personal; perdona mis pecados y hazme una persona nueva de acuerdo a tu santa voluntad. Enséñame a amar a mi prójimo sin distinción alguna. En tu nombre Jesús, amén.

Un abrazo y bendiciones,

Dora C.

No hay comentarios: