lunes, 15 de agosto de 2011

Exhortación a pastores y ovejas

Cuiden como pastores el rebaño de Dios que está a su cargo, no por obligación ni por ambición de dinero, sino con afán de servir como Dios quiere.
1 Pedro 5:2.


Lectura diaria: 1 Pedro 5:1-11. Versículo para destacar: 1 Pedro 5:2.


ENSEÑANZA


Dios conociendo el corazón de todo hombre, exhorta a los pastores y ministros del evangelio a ser cuidadosos con sus fieles. Muy bien dice la Palabra: “donde este tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mt. 6:21). No por ser una autoridad eclesiástica, la persona está exenta de amar el dinero. Desafortunadamente, este es un mal que aqueja en la actualidad a muchas iglesias. Sus pastores se preocupan más por crear sus mega-iglesias, que por las mismas almas que tienen bajo su cuidado. La persona que quiere llevar las “Buenas Nuevas”, ante todo tiene que ser consciente de un servicio que está prestando directamente a Dios. Lo anterior no excluye lo expresado por Pablo: “El trabajador merece que se le pague su salario” (1 Tm. 5:17), y ¿cómo más pueden ellos recibir una remuneración si no es con el dinero que se debe dar de diezmos y ofrendas? Así como es una obligación que ellos sepan administrar y ministrar a su congregación, también lo es para todo cristiano tener en cuenta que el diezmo le pertenece al Señor (Lv. 27:30). Si el creyente no está muy de acuerdo con la palabra “diezmo”, entonces que dé lo que el Señor ponga en su corazón, conozco personas naturales y jurídicas que dan incluso un noventa por ciento para Dios y la bendición no se hace esperar. Igual a Dios no le importa el dinero y con él o sin él, Él hará su obra; así que si en el corazón está dar el uno, el cinco o diez por ciento, pues darlo; lo importante es dar y que se dé con gozo (2 Co. 9:7), con la firme convicción que se le está dando a Dios y no a los hombres, sin recriminar más tarde o sacar en cara lo dado. La obligación de su administración ya corre por cuenta de ellos, si lo hacen mal es cuestión con Dios, no con nosotros; de igual manera si el cristiano no lo da, es con Dios con quien se entiende. Así que la exhortación de hoy es tanto para el que da como para el que recibe. Recordemos de todas maneras que mientras estemos en este mundo, somos imperfectos y cometemos errores; no hay iglesias perfectas, no hay hogares perfectos, ni tampoco personas perfectas, así que practiquemos lo que nos corresponde y no demos píe a la crítica.


Si no conoces a Jesús como Señor de tu vida, te invito a orarle así:


Señor Jesucristo: Yo te necesito; te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador personal, perdona mis pecados y hazme la persona que quieres que yo sea. Gracias Señor por hacerlo. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

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