jueves, 11 de agosto de 2011

Buscando la santidad

Por eso, dispónganse para actuar con inteligencia; tengan dominio propio; pongan su esperanza completamente en la gracia que se les dará cuando se revele Jesucristo.
1 P. 1:13.


Lectura diaria: 1 P. 1:13-25. Versículo para destacar: 1 P. 1:13.


ENSEÑANZA


El apóstol Pedro nos enseña que después de haber sido rescatados por el Señor Jesucristo, debemos buscar el andar en santidad; pues hemos nacido de nuevo y de manera imperecedera, por lo tanto, lo sensato es alejarnos del pecado y confiar plenamente en Él y en lo que dice su Palabra: “Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación” (2 Co. 71), sabiendo que el Señor terminará en cada uno la obra comenzada; esperando con ansía la gloriosa esperanza de reencontrarnos un día con Cristo.

Todas esas ricas promesas están en su Palabra que jamás se extinguirá (v. 25); pasará generación tras generación, unos dejarán huella en este mundo, otros, no; sin embargo, quedará el “Manual por excelencia”; el Libro de libros que indicará a los nuevos convertidos el camino correcto. El Libro que enseñará a vivir bajo el fruto del Espíritu, llenando con su presencia y gozando a la vez de todo su poder. Las ilusiones, los anhelos y deseos que se tienen, se consolidarán precisamente tal vez, en las barreras u obstáculos que se presenten. Estas barreras podemos derribarlas llevando una vida en santidad; actuando con inteligencia y permitiendo que sea el Señor quien vaya creciendo a medida que el ego empiece a descender.

La única manera de encontrar esa vida, es siguiendo el evangelio anunciado, y como dijo Pablo: “Sigo adelante, esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo me alcanzó a mí”; “Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hasta alcanzar la meta” (Fil. 3: 12 y 13-14). Es nuestra obligación buscar la santidad y permitir que el Señor continúe obrando, hasta el día en que nos reunamos con Él.


Jesucristo es quien puede llevarnos hacia una vida de santidad, si deseas conocerle te puedo guiar con una pequeña oración como ésta:


Señor Jesucristo: Yo te necesito. Te pido perdón por mis pecados y te abro la puerta de mi vida para que seas mi Señor y Salvador. Toma el control del trono que hasta ahora yo manejo y llévame contigo para aprender a vivir en santidad. Gracias Señor por hacerlo, amén.


Un abrazo y bendiciones.

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