lunes, 8 de agosto de 2011

¡Mujer, levántate!

¡Yo, Débora me levanté como una madre en Israel!
Jueces 5:7b.


Lectura diaria: Jueces 5: 1-31. Versículo para destacar: Jueces 5:7b.


ENSEÑANZA


Débora, la mujer de nuestra lectura, fue una mujer que dirigió a Israel en los tiempos de los jueces. Era profetiza y a la vez ejercía bajo una palmera (Jue. 4:5); además era cantante y poeta. No solamente respondía por su hogar sino que era una auténtica profesional. Esta sabia mujer, era dócil a la voz de Dios y a través suyo Dios le transmitió lo que debía hacer Barac para derrotar al enemigo. Barac, se sentía seguro de la misión siempre y cuando ella los acompañara y así sucedió. El Señor estuvo con ellos y pudieron derrotar a Sísara, jefe del ejército oponente (Jue. 4:6-24).

Débora es el prototipo de la mujer actual: la ejecutiva que tiene no solamente que levantar un hogar sino también ayudar económicamente y proveer para él. Es la mujer incansable que saca sus dotes y fuerza a relucir. La mujer que debajo de esa cara de poder y resolución, tiene la ternura y comprensión que la acreditan como esposa y madre. Débora supo llevar muy bien todos los papeles que asumió, siempre sometida a Dios y dejándose guiar por su mano poderosa.

Mujeres: a veces creemos que llevar el hogar y ejercer un oficio extra es mucha carga; nos quejamos porque tenemos trabajo o porque no lo tenemos; porque estamos en la casa o porque no lo estamos. Somos inconformes. Pero ya es hora de levantarnos al igual que Débora y salir resueltamente a ejercer todos nuestros talentos y virtudes. La capacidad de la mujer es grandísima cuando se explota. Como mujeres cristianas también tenemos un ministerio para cumplir porque somos las encargadas de llevar amor, protección y ánimo a todos los que lo necesitan. Aprendamos de esta mujer todo terreno, que nunca agachó la cabeza y además tenía tiempo para hablar con sabiduría e instruir con amor y justicia.


Quizá nunca te han valorado como la mujer trabajadora y luchadora que eres; déjame decirte que Dios en medio de tu fragilidad, te ha provisto de innumerables capacidades para que te desarrolles completamente en una sociedad que a gritos ahora exige la presencia de la mujer y es tu deber actuar. Dios puede intervenir y levantarte ya sea como profesional, como mujer cabeza de hogar o como la ayuda idónea que tu esposo espera de ti. Déjate conducir por el Señor y Él te enseñará a guiar tus pasos para que te desarrolles como la mujer que siempre has querido ser. Te sugiero una oración para que te encuentres con Jesús:


Amado Jesús: Te necesito, te entrego mi vida para que seas mi Señor y Salvador. Ven a mí, perdona mis pecados y llévame de tu mano por la senda que me tienes preparada. Gracias Señor por hacerlo y por enseñarme a vivir íntegramente, como la persona que deseas de mí. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

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