miércoles, 10 de agosto de 2011

Orando en toda ocasión

¿Está afligido alguno entre ustedes? Que ore. ¿Está alguno de buen ánimo? Que cante alabanzas. ¿Está enfermo alguno de ustedes? Haga llamar a los ancianos de la iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor.

Santiago 5:13-14.


Lectura diaria: Santiago 5:13-20. Versículos para destacar: Santiago 5:13-14.


ENSEÑANZA


La oración debe ser la constante en la vida del cristiano. El apóstol Santiago nos exhorta a orar ya sea en tiempo de tristeza como de alegría; con razón Pablo también nos hace el llamado a orar sin cesar (1 Ts. 5:17). Y es que para poder vivir el día, especialmente en estos tiempos tan difíciles y agitados, la única manera de salir avante es a través de la oración. No necesitamos ir con la Biblia debajo del brazo ni estar a grito entero dando “Aleluyas”; simplemente, es algo íntimo entre el Señor y cada uno. Podemos ir caminando e ir alabando al Señor; estar haciendo una labor e igualmente ponerla ante Dios precisamente para que nos permita que salga de la mejor manera. Si vamos en el transporte, ir intercediendo por familiares, amigos, conocidos y aún por los que van a nuestro lado. Resumiendo lo de Santiago, es hacer de la oración un modo de vida de tal manera que ante cualquier situación, tengamos a la mano la dosis exacta para tomarla o para suministrarla.

Esta clase de oración debe ser diferente a la dedicada en nuestro devocional diario; no en sí por la esencia, porque ésta siempre será la misma. Lo que sucede es que el devocional es como la primera comida espiritual que hacemos y por consiguiente debe ir cargada de muchos más ingredientes. Es a esa hora cuando ponemos todo a los píes del Señor (Sal. 5:3), mientras que las continuas, se van dando de acuerdo a las circunstancias vividas.

Pongámonos por tarea estar en incesante comunión con el Señor; que ese sea el nuevo aire que inhalemos para que los pulmones espirituales se fortalezcan y nos podamos mantener alerta ante cualquier ataque del enemigo.


Si deseas conocer a Jesús, con una sencilla oración puedes encontrarlo. Te puedo sugerir una como ésta:


Amado Jesús: Yo reconozco que soy pecador y te pido perdón por ello. Hoy te invito a venir a vivir conmigo; te recibo en mi vida como mi Señor y Salvador personal. Perdona mis pecados y hazme la persona que quieres que yo sea. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

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