miércoles, 22 de junio de 2011

Hijos

Hijos obedezcan en el Señor a sus padres, porque esto es justo. Honra a tu padre y a tu madre –que es el primer mandamiento con promesa– para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra.
Efesios 6:1-3.


Lectura diaria: Efesios 6:1-4. Versículos para destacar: Efesios 6:1-3.


ENSEÑANZA


Puede ser muy corta la lectura del día, pero la enseñanza es grande. El obedecer a los padres y honrarlos como debe ser, trae consigo mucha bendición: “para que te vaya bien y disfrutes de una larga vida en la tierra”. Definitivamente, nosotros mismos somos los encargados de labrarnos el camino que recorremos, de lo que sembremos eso cosecharemos y con los padres no será la excepción.

En muchos hogares se nota a leguas la displicencia de los hijos hacia los padres; displicencia que nunca se tiene con los amigos ni con los parientes, olvidando que donde primero se debe dar testimonio es precisamente en el hogar. Es muy triste llegar a una casa y encontrarse con peleas, disgustos, groserías e incluso altercados y gritos con palabras soeces. ¡Es como para salir corriendo! La lectura del día, se compagina muy bien con el Salmo 133:1-3: ¡Cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos convivan en armonía! La armonía es el equilibrio de las distintas partes de un todo; es la unión de diferentes sonidos, pero acordes. Es estar en unidad e igualdad; y esto es lo que Dios desea que sean los hogares. Dios bendice la armonía del hogar. Es agradable, delicioso y gratificante entrar a un hogar y respirar aire de paz y sosiego; un hogar así, es fructífero y desbordará en bendición (Sal. 133:3). Además es una orden: Síganse amando en amor fraternal (Heb. 13:1). Hijos: respeten a sus padres y entre ustedes permitan ofrecerles una vida llena de paz y bienestar, Dios sabrá recompensarles.


Jesús como Hijo, obedeció en todo al Padre al punto de dar su vida por la humanidad. Ahora Él desea que tú aceptes lo que hizo por ti, aceptándolo en tu propia vida. Si es así, te puedo guiar con una oración como esta:


Amado Jesús: necesito de ti, soy pecador y te pido perdón por ello. Toma el control de mi vida y hazme la persona que quieres que yo sea. Gracias por perdonar mis pecados y enseñarme a convivir en paz y armonía especialmente con mis padres. Gracias por darme la vida eterna. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

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