miércoles, 11 de mayo de 2011

Vivir en armonía

Que el Dios que infunde aliento y perseverancia les conceda vivir juntos en armonía, conforme al ejemplo de Cristo Jesús.
Romanos 15:5.


Lectura diaria: Romanos 15:1-13. Versículo principal: Romanos 15:5.


ENSEÑANZA


El Señor Jesús en todo momento nos dio ejemplo de armonía y paz. Ni siquiera cuando lo maltrataron y ultrajaron elevó la voz para defenderse (Is. 53:7). Habló lo que tenía que hablar con decisión y tesón ante los escribas y fariseos hipócritas; igualmente actuó contra los mercaderes del templo, porque el celo por la casa de Dios lo consumía (Jn. 2:17), y su misión era dar a conocer al Padre a través de Él, y en esto sí tenía que ser inflexible. Sin embargo, entendió a los pecadores y fue compasivo al punto de comer y hospedarse con ellos porque sabía que precisamente necesitaban de su amor y perdón. Fue bondadoso con los niños y las mujeres; misericordioso ante el sufrimiento y generoso con el hambriento. A nosotros muchas veces nos queda grande vivir en armonía y paz. Al Señor le gusta que lo hagamos, es bueno y agradable (Sal. 133:1), y como cristianos debemos ser los primeros en dar ese ejemplo siendo justos, equitativos, humildes y demostrando compasión hacia el prójimo.

Algo importante que he aprendido para vivir en armonía es ser prudente; hay que pensar lo que se va a hablar y no hablar para pensar. Las palabras hieren mucho, y lo dicho, dicho se queda; no tiene vuelta de hoja. Nuestra actitud, está dada por lo que tengamos en nuestro interior “de la abundancia del corazón, habla la boca (Mt. 12:34) y si adentro, en lo profundo hay resentimiento, odio, ira, falta de perdón, eso se reflejará en las actuaciones cotidianas. Por eso “consideren bien todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, en fin todo lo que sea excelente o merezca elogio” (Fil. 4:8). La versión Reina Valera va más alla: “si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.

Propongámonos no ver solamente los defectos en los demás, muy seguramente al ser objetivos vamos a encontrar multitud de virtudes en las personas y reconocerlas nos darán una nueva visión sobre quiénes son en realidad, lo cual nos llevará a vivir más armoniosamente unos con otros.


Jesús vino al mundo, para darnos ejemplo de vida y solamente conviviendo con Él podemos dar a otros de lo que hemos recibido de su parte. El mismo Señor Jesucristo hace una invitación extendida a todos los que la acepten: “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo” (Ap. 3:20) ¿Deseas abrirle la puerta? Es muy fácil; con una sencilla oración puedes hacerlo. Te puedo dar como guía la siguiente:


Señor Jesucristo: yo te necesito, te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Toma el control del trono de mi vida y hazme la persona que quieres que yo sea. Perdona mis pecados y dame todo el poder de tu Santo Espíritu para vivir en paz y armonía como es tu deseo. Gracias Señor por hacerlo. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: