viernes, 27 de mayo de 2011

Administrar bien, para properar también

Asegúrate de saber cómo están tus rebaños; cuida mucho de tus ovejas; pues las riquezas no son eternas ni la fortuna está siempre segura.
Proverbios 27:23-24.


Lectura diaria: Proverbios 27:23-27. Versículos para destacar: Proverbios 27:23-24.


ENSEÑANZA


Dios nos manda a ser buenos administradores en todo campo; incluso debemos saber administrar bien nuestro cuerpo, esto redundará en buena salud y a la vez en mayor economía. El administrador, debe aprender de la fabula de la hormiguita que guarda reservas en el verano, para que cuando llegue el invierno no tenga que pasar necesidades: “Mientras sea de día, tenemos que llevar a cabo la obra del que me envió. Viene la noche cuando nadie puede trabajar” (Jn. 9:4). No podemos desperdiciar las horas y menos en estos tiempos que se van volando. La lectura del día nos dice: “Cuando se limpien los campos y brote el verdor, y en los montes se recoja la hierba, las ovejas te darán para el vestido, y las cabras para comprar un campo; tendrás leche de cabra en abundancia para que se alimenten tú y tu familia, y toda tu servidumbre” (vv. 25-27). El buen administrador que se somete a las reglas de Dios, es una persona justa e íntegra; no solo se acuerda de hacer prosperar a su familia sino que también tiene en cuenta a sus trabajadores.

Recordemos también que Dios nos da un cien por ciento pero que a Él debemos devolverle la décima parte. En una ocasión escuche lo siguiente: para administrar con excelencia no debemos olvidar sacar un treinta por ciento para repartirlo así: un diez por ciento para Dios; otro, para el prójimo que lo necesite; su generosidad está basada en sus principios, sabiendo que sobre lo que siembre, cosechará, “Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario” (2 Co. 9:8); y el último diez por ciento para destinarlo como ahorro.

El ahorro no debe ser si me sobra; no se necesita ser un gran empresario, todos podemos lograrlo. Muchas veces en la misma adversidad, por obligación sacamos los talentos a relucir; quizá Dios nos lleva a esas circunstancias para despertarnos del letargo y empezar a producir frutos que den resultados. De granito en granito se va llenando el granero. Es cuestión de disciplina y paciencia. Y si gracias a Dios existe un capital, entonces, es nuestra obligación velar por esas ganancias y no permitir que se esfumen como viento. ¡Ojo mujeres! Nosotras jugamos un papel importante en la economía y administración: “La mujer sabia edifica su casa; la necia, con sus manos la destruye” (Pr. 14.1). Si administramos bien, vamos a prosperar también.


Si quieres llegar a ser un gran administrador, te invito a entregarle tu vida a Jesús, Él puede enseñarte el camino para lograrlo; podemos orar así:


Señor Jesús, te entrego el control de mi vida y te acepto como Señor y Salvador personal. Ven a mí, perdona mis pecados y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias Jesús por perdonarme, por salvarme y por conducirme como el mejor administrador en todas las áreas de mi vida. Amén.


Un abrazo y bendiciones.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Tremendo tu devocional, pues es claro que Dios te inspiro, ha sido de gran ayuda para entender esta ultima parte del proverbio 27.

Que Dios siga trayendo mucha bendición a tu vida.

Un gran saludo.

John J.

Dora C. dijo...

Gracias John por tus palabras.El Señor siga manifestando su poder y gloria en cada uno de estos devocionales para que su Nombre sea exaltado por siempre.

Anónimo dijo...

Buena tarde,

tenes toda la razon para esto. son muchas las cosas y sueños que uno puede realizar si se ha tenido una base o educacion en esta area. pero si me queda algo gravado es que uno puede hacer mucho mas y aprender mucho desde el primer instante que dejas a entrar a Dios en tu Corazon, desde ese momento empezamos a ver la vida y a vivirla en la forma que El quiere que la vivamos y podamos compartir con las demas personas.

Dora C. dijo...

Gracias por el comentario. Bendiciones.