sábado, 29 de enero de 2011

Ley de la retribución

–¿Qué me has hecho? ¿Acaso no trabajé contigo para casarme con Raquel? ¿Por qué me has engañado?.
Génesis 29:25b.


Lectura diaria: Génesis 29:14-30. Versículo para memorizar: Génesis 29:25b.


ENSEÑANZA


Jacob, significa engañador, usurpador. Su historia comienza desde cuando le usurpó a su hermano Esaú la primogenitura a cambio de un guiso de lentejas. Más tarde, con el consentimiento de Rebeca su madre, engañó a Isaac haciéndole creer que era Esaú y éste como había perdido la vista le concedió la bendición que le daba el padre al hijo antes de morir, bendición que no podía repetirse en ninguno de los siguientes. Más tarde cuando llegó a donde su tío Labán, huyendo precisamente de su hermano por la afrenta cometida, se enamoró de Raquel y convino con su tío trabajar siete años para él, con el compromiso de que éste se la daría como esposa. Sin embargo, las cosas no sucedieron como Jacob lo esperaba, en vez de Raquel, Labán le entregó a Lea su hija mayor y ante eso la reclamación de Jacob no se hizo esperar.

Todo lo que hacemos se nos devuelve. Por eso dice el dicho de confusio: “no hagas a otro, lo que no quieres que te hagan a ti”, claro, el Señor ya nos lo había mandado con otras palabras (Mt. 7:12). Si queremos respeto, tenemos que respetar; si buscamos amor, tenemos que amar; si deseamos comprensión, tenemos que comprender. Es inevitable; de lo que damos recibimos. Si engañamos, seremos engañados; si estafamos, seremos estafados; si robamos, seremos robados. Quizá alguien piense “yo nunca he robado” y si vamos al fondo podemos analizar ¿respeto los útiles que me dan en la oficina para el trabajo, o cojo de ellos para mi casa? Si soy consciente que me entregan más de lo debido, ¿devuelvo lo que no me corresponde? ¿Honro a Dios, a mis padres y al estado con lo correcto?

La Biblia dice que a los que aman a Dios todas las cosas le ayudan a bien (Ro. 5:8), sin embargo de todas esas actuaciones mal hechas vamos a recibir lo mismo. Dios puede utilizar el agravio en lección para aprender a obrar íntegramente. En el caso de Jacob, Dios le cambió el nombre y lo puso Israel, nombre que en hebreo significa “príncipe de Dios”. Un hombre antiguo, Jacob, y un hombre nuevo y restaurado por Dios, Israel. Aprendamos de Jacob o mejor de Israel a comportarnos como Dios desea. Recordemos que todo lo que hagamos se nos retribuye, sea bueno o malo.

Cuando recibimos a Jesús en nuestra vida, Él nos hace personas nuevas y nos instruye a comportarnos de manera que le agrademos. ¿Es tu deseo cambiar tu vieja forma de vivir por una nueva? Podemos orar así:


Señor Jesucristo: Yo te necesito y te abro la puerta de mi vida para que me hagas una persona nueva. Entra en mí, perdona mis pecados y dame el gozo de tu salvación. Gracias Señor por hacer todo lo que dijiste que harías por mí y enseñarme a obrar correctamente. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

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