lunes, 17 de enero de 2011

Consentido por Dios

Cuídame como a la niña de tus ojos; escóndeme, bajo la sombra de tus alas.
Salmo 17:8.


Lectura diaria: Salmo 17:1-15. Versículo para memorizar: Salmo 17:8.


ENSEÑANZA


Todo hijo se le arrima a sus padres y busca a través de ellos amor y protección. De hecho las primeras palabras que aprendemos son “mamá” o “papá” como queriendo agarrarnos fuertemente de ellos. Los padres, de su parte le dan a sus hijitos lo mejor que dentro de sus posibilidades pueden ofrecerles.

Los cristianos, como hijos de Dios, anhelamos de nuestro Padre celestial su protección y amor. También podemos acercarnos a Él con entera confianza y decirle palabras como: “Cuídame como a la niña de tus ojos; escóndeme bajo la sombra de tus alas”. Seguro que si nosotros como padres sabemos dar buenas cosas a los hijos, ¿cuánto más no lo hará el Señor? (Mt. 7:11J).

Salomón fue amado por Dios desde su nacimiento. Precisamente Jedidías, el nombre que Dios mandó ponerle, significa: “Amado por el Señor” (2 S. 12:25). Más tarde cuando ya fue rey, Dios se acordó de su amado y le dijo a través de un sueño: “Pídeme lo que quieras” (1 R. 3:5). Salomón sabiendo que debía gobernar a su pueblo pidió sabiduría. Su Padre, no sólo le dio sabiduría, también lo llenó de fama y riqueza.

Dios en su infinito amor tan grande, lo primero que hace con nosotros es entregarnos a su Hijo para el perdón de pecados. Después nos va conduciendo de su mano, llevándonos poco a poco a ser las personas que desea que seamos. Como buen Padre, también nos disciplina y muchas veces no lo entendemos pero el padre que ama a sus hijos quiere que se comporten y en todo sean los mejores. Él también lo anhela para nosotros.

Como hijos amados nos corresponde refugiarnos, buscarle, hablarle y sentir su presencia siempre a nuestro lado. Su Palabra dice: “Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido” (1 Jn. 5:14-15).

Hoy es un día muy especial para mí, por eso mi oración es: “Cuídame como a la niña de tus ojos”. Tú sin embargo eres amado por los tuyos o quizá ni siquiera de ellos has recibido el amor que prodigas. Dios está contigo en este momento y quiere entregarte todo el amor que te hace falta. Quiere abrazarte y consentirte y muy quedo decirte cuánto te ama y cuánto sufre por ti. Déjate arrullar en sus brazos, Él no te decepcionará. El vacío que tienes, Jesús lo puede llenar y tus anhelos y metas puedes lograr.


ORACIÓN


Amado Jesús: Gracias por hacerme entender que tu amor es incomparable y que deseas vivir conmigo para llenarme de ti. ¡Ven Jesús! Te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te acepto como mi Señor y Salvador. Perdona mis pecados y haz de mi la persona que quieres que yo sea. Te doy gracias por entrar a vivir en mi vida, por perdonar mis pecados y por empezar a verme también como a la niña de tus ojos. En tu nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

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