Amor al prójimo

Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen.

Mateo 6:44.

Lectura diaria: Mateo 6:38-48. Versículo para memorizar: Mateo 6:44.

ENSEÑANZA

En la Ley del Talión se decía: Ojo por ojo y diente por diente. La norma imponía un castigo idéntico al crimen cometido. El Señor Jesús vino a darnos ejemplo del amor al prójimo y hacer todo lo contrario. Nos ordena amar a los enemigos e incluso orar por quienes nos maltratan y persiguen. Bien dice el versículo 46 que si amamos solamente al que nos hace bien no tendremos ninguna recompensa; y en verdad, nos queda muy fácil amar al que nos ama, pero amar también al que nos ultraja y denigra ya es otro cuento. Desafortunadamente los enemigos salen sin buscarlos, llegan “a priori”. Los cristianos nos identificamos con Cristo y por consiguiente es nuestro deber cumplir sus enseñanzas y el amor al prójimo, incluyendo a nuestros enemigos. El precepto es para acatarlo y es una de las instrucciones del Señor, dejadas en el Sermón del monte y de las cuales los cristianos no damos testimonio. El Mahatma Gandhi lo dijo y en realidad es muy valiosa la enseñanza de Jesús pero muy bajo el ejemplo que damos los cristianos. ¡Qué tristeza!

El problema radica en que se nos olvida practicar el verdadero cristianismo. Somos como aquellos de la parábola, escuchamos su Palabra y nos emociona por un rato, pero el fruto no se ve porque pronto se la lleva el viento. La única manera de poder ser ejemplo en especial dentro del campo del amor, es dejándonos llenar por el Espíritu Santo, quien es el encargado de darnos el amor que sobrepasa todo entendimiento y todo lo perdona. Si ya eres cristiano tienes al alcance las armas: el discernimiento y poder de Dios para arrepentirte y comenzar a amar aún a los enemigos. Si no lo eres, y te sientes atado a un lazo de rencor y odio porque no puedes olvidar aquello por lo que te ofendieron, te invito a dejar esa carga en manos del que sí puede hacerlo a través nuestro: El Señor Jesucristo. Si ese es tu deseo podemos orar así:

Amado Jesús: Hoy entiendo mejor las enseñanzas tuyas sobre el amor al prójimo y en especial hacia mis enemigos. Tú sabes que me es difícil perdonar, pero te entrego mi vida para que tomes todas mis áreas, incluyendo la emocional y cambies mi odio por amor, mi rencor por reconciliación. Gracias porque eres el primero en demostrarme tanto amor sin merecerlo. Gracias por perdonarme y darme todo el poder de tu Santo Espíritu para enseñarme a obrar correctamente. En tu nombre Jesús, amén.

Un abrazo y bendiciones.